- La escultura Aterpe 1936 (La huella), en el monte Artxanda, de Bilbao, volvió ayer a ser escenario de homenaje a quienes defendieron la II República y la democracia durante la Guerra Civil bajo el mando del Gobierno Vasco, con un acto en el que los organizadores instaron a la reflexión al considerar que el fascismo “está vivo”.

El acto, que contó con la presencia de representantes institucionales y políticos, fue organizado por las fundaciones Sabino Arana, Ramón Rubial, Eusko Lurra, Manu Robles-Arangiz Institutua, Fundación de Investigaciones Marxistas y Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, y fue secundado por PNV, PSE, ANV y PCE-EPK y por los sindicatos ELA, UGT y CNT.

Este año, el homenaje coincidió con el 84º aniversario del día de la ocupación de Bilbao por parte de los franquistas, después de la lucha que los milicianos y gudaris mantuvieron contra las tropas sublevadas entre el 11 y el 19 de junio de 1937. En la ofrenda floral a las personas que lucharon contra el fascismo bajo el mando del Gobierno Vasco tomaron parte los vicelehendakaris Josu Erkoreka e Idoia Mendia, así como los consejeros del Ejecutivo autónomo Beatriz Artolazabal e Iñaki Arriola.

También asistieron el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto; el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, y la parlamentaria de EH Bildu Jasone Agirre, entre otros.

Los organizadores del acto pusieron de manifiesto que hoy en día “estamos necesitados de memoria; mucho más en un escenario en el que fuerzas abiertamente contrarias a la libertad tienen como objeto poner en jaque los logros democráticos y sociales ganados a lo largo de los años”.

En nombre de los organizadores, Iñigo González Mancisidor e Irene Euba leyeron un comunicado, en el que se anima a aprender “de lo ocurrido para que no vuelva a suceder” y tomar como ejemplo a quienes perdieron la guerra y sufrieron la dictadura.

Según indicaron, es necesaria la reflexión y la memoria: “Reflexión para ver que la historia se está repitiendo y que el fascismo no fue vencido y está vivo. Memoria para recoger la antorcha de quienes nos precedieron y portarla como ellos”.

“Las tiranías, los exiliados y las intolerancias no son cosa del pasado, proliferan por todas partes, también en nuestros días. Nuestra misión, nuestra necesidad, es hacer frente a todo eso”, añadieron. Al término del acto, Jasone Agirre recordado a “aquellas mujeres y hombres que todavía están hoy en espera de reconocimiento, de justicia y de reparación, junto con todas las víctimas del terrorismo franquista”.