- EH Bildu celebra este fin de semana en el BEC de Barakaldo su segundo congreso a los diez años de su fundación, cuando nació para dotar a la izquierda abertzale de un sujeto político con ambición electoral y de gobierno desde la acumulación de fuerzas soberanistas para salir de la estrategia político-militar. Desde entonces, ha realizado un recorrido que llega a esta segunda cita congresual con la coalición diluida en una única marca bajo el peso hegemónico de Sortu y ya sin rastro de Alternatiba y EA, para enfado del sector crítico de esta formación.

En el nuevo ejecutivo que sancionará la militancia no hay representantes ni de EA ni de Alternatiba. Una única plancha ha llegado al congreso y estará liderada por Arnaldo Otegi en el cargo de coordinador general. Al histórico líder de la izquierda aber-tzale le acompañará en la dirección general Gari Mujika, completando la ejecutiva con los siguientes nombres: Peio Otxandiano (responsable de Programa), Larraitz Ugarte (Comunicación), Gorka Elejabarrieta (Relaciones internacionales), Sonia Jacinto (Organización), Ainhoa Beola (Área Institucional) y Onintze Oleaga (Políticas Municipales).

Además de la dirección, la militancia votará dos ponencias, la política y la de organización. El documento no se ha hecho público pero de lo que ha trascendido, se sabe que se trata de una propuesta con el horizonte temporal de una década a lo largo de la cual desarrollará un amplio “diálogo nacional” bajo el epígrafe “Euskal Herria 2030. Merezi duzun herria”.

En resumidas cuentas, lo que va a buscar EH Bildu es presentar al soberanismo de izquierdas como una alternativa capaz de responder de manera positiva a los grandes desafíos a escala vasca. El objetivo explícito de la formación independentista es integrarse en todos los espacios sociales, incluyendo en este ámbito tanto a las instituciones como los centros de poder, especialmente a nivel municipal, que se constituye como uno de los elementos clave de su nueva estrategia. El municipalismo se va a convertir en la vía para que el “soberanismo de izquierdas”, nueva nomenclatura, progrese en los entornos urbanos, “motor del proyecto soberanista”. EH Bildu va a buscar “capacidad de influencia” en todos los ámbitos de la sociedad civil, una vía que van a explotar para acumular fuerzas en favor de la “soberanía popular”.

Según su diagnóstico político, Euskal Herria se encuentra en un tránsito entre el autonomismo y la soberanía. Como a corto plazo no espera que se produzca ese instante que permita un cambio de marco, la formación de Otegi entiende que solo con grandes mayorías democráticas podrán doblegar la negativa del Estado a perder parte de su soberanía. De ahí que buscará nuevas relaciones de fuerza dentro de Euskal Herria, entre otros objetivos con el fin de disputarle la hegemonía abertzale y de gobierno al PNV, como ya se está viendo en su frontal oposición de desgaste a cuenta de la gestión de la pandemia del Gobierno Vasco.

EH Bildu conjugará capacidad de “dialogo y negociación” con una “imprescindible” y “mínima polarización”, buscando la hegemonia en el campo soberanista. En cuanto a las alianzas, se apunta a la “geometría variable” desde una visión “maquiavélica”, porque las alianzas adecuadas “nos acerca a los objetivos” y no aquellas que “nos garantizan confort o pureza”.