- La presidenta del Consejo de Estado, María Teresa Fernández de la Vega, defendió ayer la “objetividad” e “imparcialidad” de esta institución en su labor como órgano consultivo del Gobierno, y avisó de que para que esto pueda seguir siendo así, es necesario que “quede al margen de la crispación y el sectarismo”.

Durante el acto de presentación de la memoria del órgano en 2020, que presidió Felipe VI y en el que también estuvo presente la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, Fernández de la Vega destacó que el Gobierno de Pedro Sánchez “no se limita a oír al Consejo” ya que, según los datos de la memoria anual, también “lo atiende” en “más del 97%” de las ocasiones. “Eso mide la importancia y calidad del trabajo que se realiza”, celebró la presidenta del órgano.

Pero, para que esta labor se pueda seguir desarrollando de esta forma, De la Vega avisó de que este órgano debe seguir cumpliendo con su deber de “lealtad e imparcialidad” y con su “compromiso democrático”, y hacerlo de manera “muy escrupulosa”.

“Es necesario, para que el Consejo pueda seguir desarrollando la altísima misión que tiene encomendada, que esta institución quede al margen de la crispación y el sectarismo”, aseguró, en un momento en el que la política española atraviesa un momento especialmente tenso en relación a la campaña de las elecciones autonómicas en Madrid y las amenazas contra algunos políticos y miembros del Gobierno.

Por su parte, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, aprovechó la visita para agradecer al Consejo de Estado su labor de asesoramiento al Gobierno, especialmente durante la pandemia, pero también para señalar que su ámbito es diferente al del Ejecutivo, porque este último “está sometido al rigor de lo que representan las urnas”.

“Estamos siempre asistidos por el Consejo de Estado y estamos agradecidos”, afirmó Calvo, al tiempo que matizó que el Gobierno siempre procura seguir “la calidad” en su producción normativa.