- ¿Va a decaer el estado de alarma el próximo día 9?

—Eso tendrá que ir en función de la situación epidemiológica y de cómo evolucionen los contagios. El estado de alarma tiene como objetivo la protección de la ciudadanía frente a la pandemia, con lo cual tiene que ir directamente alineado con esa situación. Y no parece, visto desde hoy, que realmente podamos aventurarnos a decir que ese estado de alarma va a decaer.

¿Cuál es la posición de Unidas Podemos al respecto a día de hoy?

—Lo que hemos venido diciendo tanto en el Estado como en Euskadi: que son las autoridades sanitarias las que marcan las medidas más adecuadas en función de la situación en cada momento. Ahora mismo, volvemos a insistir en que no se puede avanzar que ese estado de alarma no sea necesario porque como sabemos, y hablando desde Euskadi, necesitamos ese paraguas jurídico para establecer ciertas limitaciones, por ejemplo las de movilidad, que se han visto que son efectivas.

El lehendakari, en cambio, ve muy claro que la alarma no debe decaer y se lo ha trasladado por carta a Sánchez.

—El lehendakari en diferentes ocasiones ha manifestado su posición. En ese sentido, estoy de acuerdo en esperar a ver la situación real de la pandemia para decidir. Otra cosa es que el lehendakari debería estar también muy centrado en cómo gestiona la pandemia en Euskadi. Es una responsabilidad suya y tiene las competencias y los instrumentos para hacerlo. Yo sí le pediría que, más allá de reivindicar y pedir prudencia, se centre también en intentar paliar y tomar medidas lo más efectivas posibles para que la ciudadanía vasca pueda hacer frente adecuadamente a esa pandemia.

En relación a esos instrumentos autonómicos, ¿serán suficientes si decae el estado de alarma?

—La pandemia nos ha llevado a una situación excepcional desde el punto de vista sanitario pero también de gran inseguridad jurídica en el marco normativo. Porque nuestro ordenamiento jurídico no estaba preparado para hacer frente a una situación excepcional como puede ser una pandemia. Por lo tanto, es muy necesario que adecuemos el marco normativo, tanto el estatal como el vasco, a esa situación. Desde hace tiempo venimos diciendo desde Podemos-Ahal Dugu que era necesario afrontar esa reforma para tener instrumentos eficaces que puedan solucionar la situación. Por eso hago hincapié en que el lehendakari tiene trabajo pendiente en Euskadi.

En más de un año de pandemia nadie ha sido capaz de impulsar una alternativa al estado de alarma. Y ha habido tiempo de sobra.

—Es lógico que según llegó la pandemia nadie estuviera preparado, pero hemos tenido un año para pensar cómo podemos adecuar el ordenamiento jurídico a la situación de excepcionalidad. Por ejemplo, no nos podemos volver a encontrar con que tenemos que realizar unas elecciones autonómicas sin haber tomado las medidas que aseguren que la ciudadanía puede ir a votar con seguridad. Se plantean un montón de incógnitas, existían vacíos. Entonces, ¿por qué no afrontamos esos cambios necesarios?

¿No deberían impulsarse desde el Gobierno español?

—Yo estoy hablando de Euskadi. Es verdad que en el Estado español habrá que hacer determinadas reformas, pero en Euskadi hay muchos elementos sobre los que hay que hablar. Y algunas decisiones se podrán tomar en Euskadi. Otras, tendrán que ser compartidas con el Estado. Pero, en todo caso, pongámonos en marcha.

¿Es la ley Antipandemia que tramita Euskadi la solución a esta problemática?

—Ojalá sea la solución o, por lo menos, un mecanismo que sea eficaz para posicionarnos de la mejor manera posible. Pero ahora mismo no lo es. Podemos-Ahal Dugu estaba de acuerdo en que era necesario afrontar una reforma del marco normativo, nos pareció buena la idea, pero hemos visto que el proceso de elaboración y construcción de algo tan importante no se ha compartido con nosotros. No hemos tenido información cuando era un momento de colaborar de la forma más leal posible. Vemos falta de transparencia y, por otro lado, la ley está concebida para una situación en la que esté vigente el estado de alarma. Ahora mismo, tenemos esa duda, con lo cual tendremos que plantear una ley Antipandemia diferente. Porque además, yendo ya al contenido, es una ley que tiene una parte bastante extensa dedicada a sancionar. Tiene una perspectiva punitivista, se centra en proteger al Gobierno Vasco. Es verdad que la seguridad jurídica es importante, pero no nos olvidemos de que lo hay que proteger son los derechos de los ciudadanos. Por lo tanto, tiene que haber una parte importante que se dedique a desarrollar esos derechos. Ahí sí vamos a estar, si el Gobierno vasco muestra su voluntad de llegar a acuerdos.

¿Cómo hay que leer la abstención de Elkarrekin Podemos? ¿Como un gesto o como desconfianza?

—Es una abstención crítica. ¿Qué significa esto? Significa que creemos que es necesaria esa ley Antipandemia, que no nos gusta esa ley por las razones que he expuesto, pero que sí damos un voto de confianza para empezar a negociar y desarrollar un instrumento que realmente proteja los derechos de los vascos.

En general, ¿ha fallado la cogobernanza que prometió Sánchez?

—Yo creo que en cierta manera tenemos carencias o falta de cultura política en esta labor de desarrollar un trabajo colaborativo entre el Estado y las comunidades autónomas. Esto siempre ha sido así, tenemos un modelo de Estado donde hay desconfianzas del Estado hacia las comunidades autónomas y viceversa. Entonces, es necesario darle la vuelta y no nos podemos permitir en un momento tan excepcional seguir con el raca-raca de esta competencia es o no es mía, sino que tenemos que trabajar de manera colaborativa. Una vez haya pasado esta situación tan grave, habrá que sentarse para pensar en cómo reformamos nuestro modelo de organización territorial para que todos los territorios y el Estado remen en la misma dirección en las situaciones de excepcionalidad.

Sí se han visto pasos en esa cogobernanza en la cuestión transferencial con la histórica llegada de Prisiones en octubre. ¿Qué oportunidades trae el traspaso?

—Creo que estamos empezando a vivir un momento político distinto. En Madrid hay un Gobierno de coalición y creo que el papel de Unidas Podemos es muy importante para Euskadi. Porque no es casual que ahora mismo el Gobierno del Estado esté dando pasos en temas importantes que afecta a Euskadi. En ese sentido, bienvenida sea esa manera de actuar. Si hablamos concretamente de Prisiones, la transferencia es también muy bienvenida pero creo que no se trata solo del qué, sino del para qué. Entonces, si yo como vasca quiero que mi Gobierno gestione la política penitenciaria, quiero que lo haga de determinado modo. Es decir, a mí no me vale esa parte que tiene el PNV de exigir y exigir la transferencia, lo que quiero es que me cuente cómo va a desarrollarla. Creo en un modelo penitenciario propio, vasco, que tiene apostar por la reinserción, por las políticas restaurativas y tener una perspectiva de género. Esas cuestiones son las que a mí me interesan y las que espero que el PNV discuta con nosotros. La transferencia está bien, hay que cumplir con el Estatuto, pero ahora vamos a sentarnos en Euskadi para ver cómo construimos ese modelo propio de política penitenciaria.

¿Colabora o colaborará Podemos desde Moncloa en que se cumplan el resto de traspasos del calendario?

—Si se están dando pasos en diferentes ámbitos en relación a Euskadi en este momento es porque Unidas Podemos está empujando. Y está empujando fuerte para que se cumpla algo que tenía que estar hace tiempo: el cumplimiento de nuestro Estatuto. En ese sentido, vamos a seguir trabajando discretamente para hacer ese recorrido que tenía que haber estado ya hecho.

En el PNV hay preocupación por que la legislatura en el Estado termine abruptamente y los traspasos vuelvan a quedar en el aire.

—Mi opinión es que tenemos un Gobierno para toda la legislatura, creo que es un Gobierno que está haciendo bien las cosas y está dando pasos importantes en la respuesta a la pandemia. Estamos construyendo un escudo social y pensando cómo sostener a los sectores que más están sufriendo. Creo que hay trabajo por hacer y vamos a tener Gobierno para toda la legislatura. En ese recorrido, espero que se cumplan las transferencias.

Pero las divergencias constantes entre PSOE y UP no apuntan a que el Gobierno dure cuatro años.

—Es verdad que hay tensiones y debates intensos, pero esto es porque somos dos fuerzas políticas distintas con proyectos distintos. Hay que acostumbrarse a tener gobiernos de coalición donde hay un contraste y un debate; es parte de la normalidad democrática. Por otro lado, y siempre hacemos hincapié en ello, tenemos firmado un acuerdo de Gobierno y no podemos permitir que no se cumpla.

Quienes son también imprescindibles para que se cumpla ese acuerdo de Gobierno son los socios minoritarios, a quienes Sánchez esquiva últimamente.

—Yo creo que está claro que es Unidas Podemos quien ha hecho un gran esfuerzo y ha dedicado tiempo a tejer complicidades con esa mayoría de apoyo al Gobierno. Tenemos enfrente a la extrema derecha y, por lo tanto, tenemos que construir entre todos un proyecto político que piense en profundizar en un Estado más democrático. Una labor en la que yo me encuentro muy cómoda es la de tejer complicidades con las diferentes fuerzas de esa mayoría de apoyo. Por el PSOE no puedo hablar, pero por lo que nos toca a nosotros, consideramos que es una labor esencial.

Unidas Podemos afronta ahora un momento clave con la llegada al liderazgo de Yolanda Díaz. ¿No es extraño que la nueva líder provenga de IU, socio minoritario de la coalición?

—Yo creo que somos una fuerza plural, una fuerza nueva y abierta, lejana de los viejos estereotipos masculinos de cómo hacer política. Y, en ese sentido, Yolanda Díaz puede ser una gran líder y puede ser la futura presidenta del Gobierno de este Estado, e importa poco a qué facción o corriente pertenezca dentro de nuestro espacio.

La primera prueba de fuego de esta nueva Unidas Podemos son los comicios de Madrid.

—Estamos en plena campaña y creo que ha sido acertada la candidatura de Pablo Iglesias. La izquierda tiene posibilidades de gobernar y espero que eso que ahora es una hipótesis se convierta en realidad, que sumen las izquierdas en Madrid para que se pueda componer un Gobierno alternativo.

Las cartas con balas a Iglesias y Marlaska y lo sucedido el viernes en el debate de la Ser han dado un vuelco a la campaña.

—Sí. Estos días estamos viendo el talante de la extrema derecha. Ante hechos tan graves como la amenaza con bala a Pablo Iglesias nos encontramos, ya ni siquiera con su silencio o ausencia de condena, sino con acusaciones de montaje. No podemos dejar que se blanquee el fascismo de la extrema derecha.

"Necesitamos un paraguas jurídico para establecer ciertas limitaciones, por ejemplo las de movilidad"

"La ley Antipandemia nos pareció buena idea, pero el proceso de elaboración no se ha compartido con nosotros"

"No me vale con que el PNV exija una transferencia, lo que quiero es que me cuente cómo va a desarrollarla"