- Los off the record periodísticos los carga el diablo, y más aún si obedecen a una conversación informal con la prensa. En este contexto, y a miles de kilómetros, disparó ayer Pedro Sánchez la tensión con Isabel Díaz Ayuso a cuenta de la pandemia al asegurar que alberga serias dudas sobre la fiabilidad de los datos de contagios que ofrece la Comunidad de Madrid. Lo hizo durante su gira africana, en su desplazamiento de Angola a Senegal, pero la distancia espacial no es la temporal, y la lideresa del PP no tardó en responderle tirando de refranero con su habitual tono despectivo: "Cree el ladrón que todos son de su condición". Las sospechas del líder socialista radican en la presión hospitalaria -en camas de planta y de UCI-, más elevada de lo que le correspondería por el número de casos notificados. En una campaña electoral polarizada y embarrada, el viceconsejero madrileño de Salud Pública, Antonio Zapatero, salió al auxilio de Ayuso al exigir a Sánchez que no tire la piedra y esconda la mano: "Si el presidente Sánchez o el Gobierno de España tiene datos diferentes, yo le insto a que los presente, y si no los tienen lo que le pido por favor es que pida disculpas".

Pero la enésima pugna entre quien dirige el Ejecutivo español y quien parece ostentar en la práctica el liderazgo de la oposición ya estaba servida, y se suma a las diferencias por los cierres perimetrales, la imposición de estados de alarma o los sucesivos enfrentamientos en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, donde Madrid, casi sin excepción, suele desmarcarse de las recomendaciones de Sanidad. No será la última guerra particular antes de llegar al 4-M, con las implicaciones que tiene en el resto del Estado. En defensa del socialista tuvo que irrumpir su candidato, Ángel Gabilondo, quien reclamó a Ayuso que "no se empeñe en hacer campaña y discrepar con Sánchez, y se preocupe más de dirimir los asuntos de Madrid". Mientras la presidenta madrileña acusaba al máximo exponente del Gobierno de coalición de destilar "una obsesión terrible" con su territorio y "mentir continuamente"; el aspirante del PSM huyó del conflicto y llamó al consenso, evitando reconocer si su jefe había cometido un patinazo. "A veces los datos se actualizan con fecha posterior al momento en que se dan, lo que puede provocar desvíos", señaló.

Ayuso no desaprovechó la ocasión para lanzar su artillería. "Sánchez tiene una doble moral con Madrid que ya antes utilizó para meter a la Comunidad, de manera ilegal, en un estado de alarma", aseveró en Antena 3, censurando que el presidente español hable "de los muertos de Madrid, como si los muertos fueran de unos o de otros", y cuando la pandemia del coronavirus es "una tragedia y un drama que estamos soportando todos". "No puede ser que una administración superior arremeta contra otra inferior", remarcó. A lo que Antonio Zapatero añadió: "Nos llama la atención que se hagan esas manifestaciones a tres semanas de unas elecciones, que el presidente nos diga qué datos tiene de que nuestros datos no se ajustan a la realidad".

Según fuentes gubernamentales y de Sanidad, los datos que sirvieron a Sánchez para poner en duda la veracidad de las estadísticas epidemiológicas de la Comunidad fueron los del pasado jueves, en los que, siempre según Moncloa, las cifras de Madrid en comparación, por ejemplo, con las otras dos comunidades con mayor incidencia acumulada, la CAV y Nafarroa, no casan y apuntarían a que realmente Ayuso debería notificar un número mayor. De hecho, Madrid doblaba ese día el porcentaje de ocupación de UCI con enfermos de covid respecto a estos dos territorios: un 38%, frente al 23% de la CAV y el 21% de la Comunidad Foral. Desde que arrancó la pandemia, los especialistas del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias que dirige Fernando Simón han mantenido que si la calidad de los datos sobre los casos que aportan las comunidades es buena tienen que haber una correlación lógica entre la evolución de los nuevos contagios y los ingresos hospitalarios y los puestos de UCI, sobre todo a partir de la segunda semana de los picos infectivos. Algo que no ha terminado de verse en Madrid, aunque Sanidad no ha aportado certezas al respecto.

Ayuso va a polémica diaria, como cuando esta misma semana se conoció que había negociado la compra de la vacuna rusa de forma unilateral, recordando que como consecuencia de que el Gobierno de Sánchez está "echando gasolina" al debate sobre la vacuna AstraZeneca, se ha reducido "gravemente" el número de personas que acude a los centros de macrovacunación al generar "confusión y miedo". La líder del PP madrileño se ha erigido en una experta en sacar conejos de la chistera para distraer la atención. Por ejemplo, con la famosa cartilla covid, que quedó reducida a un volcado en la tarjeta virtual de los resultados de pruebas diagnósticas hechas a los ciudadanos, y que consiguió que el repunte de casos y la falta de rastreadores quedase en un segundo plano. O como cuando a comienzos de noviembre, la Comunidad de Madrid ofreció el hospital Zendal como almacén de vacunas, algo que un mes después se encargó a una empresa logística. Propuestas que ha lanzando a bombo y platillo y que en cuestión de horas se han disuelto como un azucarillo. La batalla por la incidencia acumulada tiene su significancia porque en función de su evolución se aplican las correspondientes restricciones, y el Gobierno madrileño, incluso con los picos más elevados, mostró su rechazo a llevarlas al extremo. Sin ir más lejos, mantuvo la actividad de la hostelería incluso cuando rondaba el millar de casos por cada 100.000 habitantes.

"Que Ayuso deje de hacer campaña y discrepar con Sánchez, y se preocupe de dirimir sobre Madrid"

Candidato del PSM a la Com. de Madrid

"Cree el ladrón que todos son de su condición, está obsesionado con Madrid y miente continuamente"

Presidenta de la Comunidad de Madrid