- Iñigo Urkullu reafirmó ayer su compromiso con impulsar, una vez que Euskadi asuma la competencia de la gestión de las prisiones reconocida en el Estatuto de Gernika de 1979, un modelo penitenciario basado en “la resocialización y la justicia restaurativa”.

Urkullu respondió de esta forma en el pleno de control a una pregunta de Vox respecto a cuáles son las medidas que pretende llevar a cabo el Gobierno autonómico cuando se culmine el traspaso a Euskadi de la competencia sobre los centros penitenciarios ubicados en la comunidad autónoma.

El lehendakari, que recordó que esta es una competencia recogida en los artículos 10.14 y 12.1 del Estatuto de Autonomía de Euskadi de 1979, lamentó que la transferencia -que están ultimando los gobiernos vasco y español- lleve pendiente de ejecutarse “desde hace 41 años”.

Además, y en respuesta a las preguntas que le planteó la parlamentaria de Vox, Amaia Martínez, Urkullu se refirió al programa Hitzeman, desarrollado por el Gobierno Vasco entre 2015 y 2017 como “experiencia piloto”.

Esta iniciativa, según recordó el lehendakari, tenía como objetivo la “resocialización” de presos. Urkullu afirmó que, aunque ya no está vigente, las conclusiones de dicho programa se tendrán en cuenta “para definir el modelo penitenciario de Euskadi” una vez se ejecute la transferencia sobre la gestión de las prisiones.

Asimismo, explicó que el programa Hitzeman se desarrollaba en dos ámbitos diferenciados. Por una parte, había un área de “resocialización”, que estaba dirigida a “todos los presos”, con independencia del delito por el que estuvieran cumpliendo condena. Por el otro lado, existía un apartado sobre “reinserción” dedicado de forma específica a presos condenados por delitos de terrorismo.

Urkullu precisó que el hecho de que se contemplara un tratamiento específico para estos recursos respondía a que la legislación establece “requisitos diferenciados” para la reinserción por actividades terroristas.