- El lehendakari mira a izquierda y derecha, pero no ve a nadie con una disposición abierta. En puertas de la segunda ronda de contactos con la oposición, las espadas siguen en alto y pide un cambio de actitud. La intención de ensanchar los apoyos más allá de la mayoría absoluta que representan PNV y PSE en el Gobierno Vasco sigue pinchando en hueso en la oposición: no fructificó el acuerdo para los presupuestos de este año, y la gestión de la pandemia está envuelta en el rifirrafe político porque los grupos no le dan tregua con la estrategia de vacunación, que ven demasiado lenta, o con las ayudas a la hostelería, que ven insuficientes. En ese contexto, Iñigo Urkullu solemnizó ayer en el Parlamento Vasco su petición a EH Bildu y el PP para que cambien su "actitud negativa" en la lucha contra la pandemia.

La sesión parlamentaria sirvió a EH Bildu y PP+C's para redoblar su ofensiva contra la gestión del Gobierno Vasco y escenificar su brecha con Urkullu. En el pleno de control, en respuesta a dos intervenciones muy críticas de Maddalen Iriarte (EH Bildu) y Carlos Iturgaiz (PP+C's), Urkullu pidió en primer lugar a la coalición abertzale que deje de poner "palos en las ruedas", y le recordó que en Madrid ha tenido una actitud constructiva votando a favor de los presupuestos y el decreto de los fondos europeos mientras en Euskadi se opone frontalmente, e incluso esgrimió que EH Bildu ha corrido un tupido velo ante una invasión de competencias con su abstención en el decreto del Gobierno español que modifica el Ingreso Mínimo Vital. A Iturgaiz le recordó que la "puerta está abierta" si quiere alcanzar acuerdos, pero en su intervención final, tras escuchar la cascada de reproches del líder del PP, constató que "su actitud sigue siendo la misma, la que mostró cuando no quiso sentarse a negociar los Presupuestos".

Urkullu trasladó su oferta en puertas de que arranque, en unos días, su segunda ronda de diálogo con la oposición. La iniciativa forma parte del compromiso que adquirió para mantener una relación fluida con los grupos y verse con ellos cada cuatro meses. El Gobierno vasco tiene entre manos el debate de la Ley vasca Antipandemia, una vez que los servicios jurídicos ven viable que la comunidad autónoma apruebe una norma de esas características respetando el marco del estado de alarma de Sánchez. Pero la consejera Garamendi ha precisado que en primer lugar habrá que sondear a los grupos para comprobar si hay consenso y se puede lanzar la iniciativa con el impulso parlamentario. Por otro lado, el Ejecutivo ha comenzado ya a exponer en el Parlamento otras leyes como la de Cuerpos y Escalas de la Administración, o la de Igualdad.

La portavoz de EH Bildu en el Parlamento, Maddalen Iriarte, preguntó al lehendakari cuál es su balance de la pandemia, y le reprochó que los trabajadores de Osakidetza viven asfixiados por la carga de trabajo, y que se debe "vacunar a más gente y más rápido", hasta el punto de deslizar que detrás de la idea de reservar viales para garantizar una segunda dosis puede encontrarse el problema de que en realidad no hay medios para inocular a tiempo. "Entiendo que guarden dosis, pero somos los que menos vacunamos. Hay 110.000 vacunas guardadas, casi el 50%. ¿A qué estamos esperando?", preguntó, para insinuar que quizás es problema de medios. El PNV corrigió en Twitter que, en realidad, de las 235.000 recibidas, se han guardado 44.000 para segundas dosis, "apenas el 19%".

Urkullu puso en valor que la mayor parte de la sociedad tiene una actitud positiva, frente a la actitud "negativa, minoritaria, de quienes ponen palos en las ruedas", en alusión a EH Bildu. Como prueba de la capacidad de respuesta, el lehendakari esgrimió que la escasez de tests en el momento inicial de la pandemia se resolvió con un sistema de compra centralizada, o que en todo momento se ha evitado el colapso de camas en Osakidetza. Y contrapuso la actitud de EH Bildu a la que mantiene en Madrid. "Nos vamos a reunir en dos semanas. Sigo esperando un cambio de actitud en positivo ante una situación que nos va a afectar en negativo", emplazó.

Iturgaiz, por su parte, criticó el "desamparo" en la hostelería y el comercio, y las "frivolidades" en la vacunación, con un viceconsejero "bromeando con que 800 centenarios desaparecidos que tenían que vacunarse quizás están en Benidorm". Iturgaiz cometió el mismo desliz que él critica al continuar el chiste, preguntando si alguien cree que están "bailando El Coyote y La Paloma". Urkullu le respondió que prácticamente todos los sectores se están viendo afectados en "todo el mundo", y que su gobierno está trabajando con ellos para ayudarlos, y está activando medidas como un préstamo covid de mil millones, o la actualización de la RGI.

Preguntó a Iturgaiz, ya que le pide un cambio de actitud al Gobierno vasco, si él mismo "está dispuesto a cambiar o va a seguir con una actitud negativa", como ocurrió con los presupuestos. No hubo negociación y PP+C's anticipó su enmienda a la totalidad tras el primer encuentro con Azpiazu, argumentando después que el PNV ya tenía un acuerdo con Elkarrekin Podemos-IU, algo que se demostró que no era cierto. Con Podemos hubo negociación, pero declinó la oferta final del consejero Azpiazu. En el caso de que Iturgaiz se mostrara dispuesto a acordar, Urkullu le recordó que "la puerta está abierta". La réplica de Iturgaiz, que no terminó de recoger el guante y acusó al Gobierno Vasco de no haber querido contar con ellos desde un principio, provocó que Urkullu terminara viendo el vaso medio vacío: "Lo que me disgusta constatar es que su actitud sigue siendo la misma, la que mostraron cuando no quisieron sentarse a negociar los presupuestos".