- Justo cuando el Gobierno de coalición parecía tener amarrados los votos del bloque de la investidura fue cuando surgió el nudo gordiano con el PNV por el tema del impuesto al diésel. De hecho, la regulación del precio del alquiler acerca a grupos como ERC y EH Bildu y a partidos de izquierda como Más País a dar el visto bueno a los presupuestos. La música del proyecto le suena “muy bien” a la coalición soberanista a la espera de la letra pequeña. Su portavoz, Mertxe Aizpurua, aseguró que la regulación de los alquileres “encamina a una buena dirección” puesto que “no es digno ni decente que se especule con la vivienda”. Bildu mantiene con Moncloa “contactos frecuentes y continuos”, y persiste en la disposición de su grupo a negociar las cuentas y en que salgan adelante con la mayoría de la investidura porque cree que “daría más estabilidad a la legislatura” y “es bueno” en esta situación de pandemia.

Por su parte, ERC precisó que su partido busca “inversiones progresistas” que a su juicio sacan de la ecuación a Ciudadanos, según manifestó el portavoz de los republicanos, Gabriel Rufián. Más crítica fue Laura Borràs, portavoz de JxCat, que se quejó de la forma en la que el Gobierno está gestionando la tramitación de los presupuestos al buscar primero que el resto de fuerzas se adhieran al proyecto antes que negociar con ellas, amén del sabor agridulce que les deja una previsión de subida de impuestos.

La líder de C’s, Inés Arrimadas, reiteró su voluntad de entablar una negociación “de verdad” con el Ejecutivo español para conseguir que del Congreso salgan unos presupuestos “moderados”, e instó a Sánchez a pactarlos con ellos y no con Esquerra y con Bildu. Por su parte, el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, avisó de que la subida de impuestos es “mala para España” y emplazó al líder del PSOE a “rectificar” su política económica ya que la receta de Génova es “incompatible con los planes económicos de Podemos”.