- No hay cita electoral en Catalunya donde, según desde qué lado se miren las cifras, no se discuta si cobran más importancia los escaños o los votos. Desde luego, para gobernar, y con mayoría absoluta, como se prevé nuevamente en las filas independentistas, prevalecen las actas conseguidas. Pero pese a los sucesivos éxitos, el soberanismo ansía sobrepasar el 14-F por vez primera el umbral del 50% de votos, no solo por lo que tendría de golpe psicológico, sino porque le permitiría rearmarse internamente y encauzar el procés. En los comicios del 21-D de 2017, tras la aplicación del 155, la suma de JxCat, ERC y la CUP alcanzó el 47,5% de los sufragios.Eso sí, una vez conseguido, ya lo advirtió el president depuesto por el Supremo, Quim Torra: “Luego necesitamos un plan conjunto”.

La última en pronunciarse ha sido la portavoz de Junts en el Congreso, Laura Borràs, a la postre posible candidata para liderar esa lista si no lo hace Carles Puigdemont. De hecho, ella se ha postulado en ese supuesto si la militancia así lo corrobora. A su entender, si se cumple esta condición y se traspasa el 50% de votos, debe haber “consecuencias políticas que pasen por que todo el independentismo se agrupe alrededor de hacer efectivo el mandato del 1-O”. Y “hacerlo efectivo -dice Borràs- significa materializar la independencia, que es lo que pide la gente”.

Sin embargo, ERC practica la estrategia posibilista en la que está inmersa. Tanto Oriol Junqueras como Marta Rovira ya avisaron de que esa cifra tendría que ser constante en varias citas electorales y no solo en la presente. “Tendríamos que mantenerla de manera sostenida, repetidamente, en todas las elecciones posibles”, destacan. “¿Es suficiente con superar el 50% del voto? No, de ninguna manera. Pero, cuantos más seamos, más viable será desbordar el régimen borbónico y obtener el reconocimiento internacional”, entienden los líderes republicanos. Tienen igualmente claro que “ser una mayoría clara no es una condición suficiente para alcanzar la independencia, pero sí que es una condición necesaria. Siendo mayoría, es muy difícil conseguir la independencia democráticamente. Sin ser mayoría, es imposible”.

Por si acaso, el constitucionalismo ya desdeña ese objetivo. El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, advirtió ayer de que el 50% no les “habilitaría para incumplir la ley”. “Ellos nunca han necesitado más del 50% para llevar a cabo su plan totalitario, lo hicieron con el 47%”, manifestó, con una recomendación curiosa al soberanismo: “Si quieren cambiar la Constitución para tener un referéndum, que hagan exactamente igual que los escoceses: ir al Parlamento y al gobierno británicos”. “Lo demás es como si el 100% de mi comunidad de vecinos decidimos no pagar el IBI; vamos a tener que pagar el IBI igual, y encima con recargo, por hacer el idiota”, ilustró.

Tampoco los comunes se sienten cómodos en ese viaje. La presidenta del grupo parlamentario En Comú Podem, Jéssica Albiach, señaló que es “un objetivo electoral pero no de país porque no se sabe bien para qué lo quieren utilizar”. Con todo, las urnas giran ya en torno a ese umbral.

“Eso no les habilita para incumplir la ley; además, ya con el 47% llevaron a cabo su plan totalitario”

Presidente del PP catalán

“Si se supera el 50%, se debe hacer efectivo el 1-O, eso significa materializar la independencia”

Portavoz de JxCat en el Congreso