- Todo un president de la Generalitat inhabilitado de un plumazo, simplemente por no haber retirado una pancarta que no atentaba contra nadie. Al PNV no le cuadra que se tome una decisión tan drástica e histórica por esa pancarta en solidaridad con los presos, y ve desproporcionada y errónea la decisión judicial. También el lehendakari Urkullu, quien quiso pronunciarse a través de las redes sociales para enviar un abrazo a Torra y pedir el fin de la judicialización, porque los problemas de tipo político solo se pueden encauzar con diálogo. Son públicas y notorias las diferencias que ha mantenido el lehendakari con la estrategia de Torra, e incluso su frialdad con el sector de Puigdemont, pero ayer quiso cerrar filas para denunciar lo sucedido y apostar por el diálogo en una muestra de solidaridad sin aristas.

El lehendakari, con una foto conjunta de ambos, recuerda que Torra ha sido el primer president en ser inhabilitado en el ejercicio de sus competencias en 40 años y dice que “no por esperada, esta decisión en nada ayuda a propiciar una salida a un contencioso institucional y político de dimensión y calado”. “Aun teniendo en consideración los requerimientos de la Junta Electoral Central -por tratarse de hechos en campaña electoral- y de que el propio president reconociera su desobediencia, hay una desproporción evidente entre el hecho original, mantener una pancarta reivindicativa no atentatoria contra derecho humano alguno en el balcón de la Generalitat, y el resultado final, la inhabilitación del president”, lamenta Urkullu. Pide diálogo con “con auténtica voluntad de acuerdo”.

El PNV, reunido ayer en Sabin Etxea, hizo pública una declaración sobre la decisión del Supremo “por no retirar una pancarta cuyo mensaje no vulneraba ningún derecho fundamental ni suponía agresión o amenaza a persona o entidad alguna”. “Lamentamos esta decisión del Tribunal Supremo y expresamos nuestra disconformidad con la misma. Se trata de la última de una larga serie de decisiones erróneas que los diferentes poderes del Estado están adoptando en el marco del llamado procés. En este caso, es flagrante y manifiesta la desproporción entre la trascendencia del asunto que se juzgaba, la no retirada de una pancarta, y el alcance de la sentencia, la inhabilitación de todo un presidente de la Generalitat, hecho grave y sin precedentes en la historia”. Trasladaron su solidaridad a Torra y la sociedad catalana y reprobaron “la judicialización de la política”, “el mayor indicador del fracaso del diálogo político”. Apuestan por el diálogo como solución y por respetar la voluntad de la ciudadanía catalana expresada libre y democráticamente. Piden reconocer las realidades vasca y catalana.