a situación generada por el COVID-19 explica, en parte, la acción y el contenido del debate electoral de esta campaña, pero las fortalezas y debilidades de cada partido tienen que ver más con el recorrido realizado en un periodo de tiempo más amplio.

En los últimos años, EAJ-PNV ha ajustado su posición política a la centralidad social del conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca. El Gobierno liderado por Iñigo Urkullu ha apostado por la gestión de las políticas públicas y por la puesta en valor de esa gestión ante la opinión pública vasca. La gestión ha sido el denominador común que ha constituido la base fundamental para la construcción de esa centralidad. Este posicionamiento ha adquirido mayor valor en la medida en que el lehendakari y el Partido Nacionalista Vasco han mantenido una distancia inteligente respecto al debate político español caracterizado por el envenenamiento del diálogo y la falta de solidez de los proyectos políticos. El contraste ha engrandecido, sin duda, la imagen de EAJ-PNV. La capacidad de influir en Madrid para fortalecer el sistema institucional vasco viene a fortalecer más esa centralidad. Los resultados de las elecciones del próximo domingo tendrán mucho más que ver con el recorrido realizado hasta el momento que con la campaña electoral.

Sin embargo, llama poderosamente la atención la enorme dificultad que tiene la oposición para presentar una alternativa y mostrar una cierta solvencia discursiva y de acción política. La izquierda abertzale, en un intento de incorporarse a la lógica del sistema que tanto ha combatido, no tiene todavía ni la credibilidad ni la solvencia suficiente para hacerse con ese espacio central y romper el imaginario que la sociedad vasca conserva sobre esta opción política. Parece que necesitan resolver unas cuantas cuestiones antes de estar en condiciones para liderar el país.

El Partido Socialista de Euskadi y Podemos dependen fundamentalmente de las condiciones de la política española para su desarrollo y no tanto de su escasa capacidad para presentar proyectos políticos diferenciados, comprensibles y creíbles (más allá de slogans populistas). El previsible mantenimiento del Partido Socialista estará fundamentado en un posible descenso de Podemos. Finalmente, la estrategia adoptada por el PP en España no parece la más indicada para acumular fuerzas en Euskadi. En esta campaña electoral, simplemente, no ha habido oposición y entre tanta crítica infantil han fortalecido la posición central de EAJ-PNV.

El adversario fundamental de EAJ-PNV no ha participado en la campaña electoral y se llama "participación electoral". Ese es el verdadero reto: llevar a la gente a votar. A pesar de que corren tiempos complicados estoy seguro de que prevalecerá la responsabilidad.