- En contra de sus propios intereses, EH Bildu ha dado una baza al PNV que pone la campaña electoral en bandeja a los jeltzales en el espacio que se disputan en defensa del autogobierno. La coalición dio la sorpresa ayer al conocerse un escrito suyo en la Junta Electoral vasca para que aplazara la reunión prevista el jueves de la semana que viene entre los gobiernos vasco y español, donde van a hacer oficial el traspaso de tres competencias para avanzar en el cumplimiento del Estatuto de Gernika. EH Bildu se niega a que la reunión se produzca a escasas horas del inicio de la campaña para las elecciones vascas del 12 de julio y pedía que se aplace o que, al menos, se fijaran unas medidas cautelares, lo que deja ver el interés de la coalición en que este acuerdo tenga un perfil bajo y pase inadvertido para no reflejar la influencia del PNV en Madrid. En este propósito, EH Bildu termina presentándose como un obstáculo para las transferencias con una petición para que se aplacen tras 40 años de incumplimiento del Estatuto. La Junta Electoral abordó ayer este asunto en una reunión que comenzó a las 18.00 horas, pero la petición fue desestimada. La Junta consideró que no le corresponde tumbar una reunión que viene de largo, y tampoco fijó medidas cautelares. El debate fue muy político, según fuentes consultadas por este periódico.

EH Bildu invocaba la ley de 1990 sobre las elecciones al Parlamento Vasco, pero en su artículo 68bis solo dice que, desde la convocatoria de las elecciones hasta la celebración, las instituciones públicas no podrán inaugurar infraestructuras (no es el caso) o, en un apartado más sujeto a interpretación, no podrán realizar actos financiados con el dinero de todos para realzar logros o utilizar lemas similares a los de campaña. Es ahí donde entra la cautela con la que se ha manejado el Gobierno Vasco. De hecho, hay un precedente muy cercano de traspaso firmado en periodo electoral, en este caso en las generales (la transferencia de la autopista AP-68 en abril del año pasado), no hubo ninguna pega y la firma fue discreta.

El Gobierno Vasco defiende también ahora que no hay ninguna intencionalidad política en la fecha escogida. La Comisión Mixta para hacer oficiales los traspasos de la legislación sobre productos farmacéuticos, ayudas previas a la jubilación en empresas afectadas por ERE y seguro escolar tenía que haberse celebrado en marzo, pero la ministra Carolina Darias enfermó de coronavirus y hubo que retrasarlo, de ahí la nueva fecha. La reunión de marzo, a su vez, venía de otro aplazamiento, porque estos traspasos ya fueron apalabrados en las generales de 2019 y quedaron en el aire hasta la repetición electoral de noviembre y la investidura de Sánchez. El Gobierno Vasco argumenta que ha sido muy cauteloso al acordar que la firma tenga lugar en Madrid, precisamente para evitar también una escenificación en Euskadi; y la fecha la decidió el Estado a sabiendas de que la semana que viene ya no habrá restricciones para viajar entre comunidades autónomas por el fin del estado de alarma, y que era conveniente esperar hasta entonces para celebrar una reunión presencial. La agenda semanal de los dos gobiernos solo se libera a partir del miércoles porque el primer tramo de la semana se dedica a los consejos de gobierno. De ahí sale la fecha del jueves, unas horas antes de los primeros actos electorales por la noche. El portavoz y consejero de Autogobierno, Josu Erkoreka, añadió ayer que celebrar esta comisión es “cumplir la ley” y es algo “inexorablemente exigido por el Estatuto”. “Oponerse es ponerse en contra del autogobierno, poner obstáculos a su avance. Defendemos no solo la posibilidad, sino la obligación de celebrar la reunión”, zanjó.

EH Bildu se expone a quedar retratada como un freno más para desarrollar el Estatuto, que encadena cuatro décadas de incumplimiento. Si la comisión se hubiera aplazado hasta después de las elecciones, se entraría en un periodo complicado en el que, aunque técnicamente el Gobierno Vasco podría pactar aun estando en funciones porque se trata de cumplir la ley y de una gestión ordinaria, se encontraría negociando la investidura y después se adentraría en el verano. El calendario de transferencias, que ya se tiene que actualizar para demorarlo otros tres meses por la mala fortuna de Darias al contraer el virus, se vería más afectado todavía. Lo llamativo es que la propia EH Bildu admite en su solicitud, firmada por Marian Arresti, que la reunión “se tuvo que posponer por motivos de la pandemia”, pero dice que “no es de recibo” que llegue a escasas horas de la campaña. Pide un cambio de fecha o medidas para que “no se desplieguen los efectos perversos de una campaña de publicidad y comunicación institucional”.

El trasfondo es la pugna entre PNV y EH Bildu por la influencia en Madrid, donde la coalición abertzale ha quedado desairada por Sánchez al rectificar su pacto para derogar la reforma laboral. El jeltzale Iñigo Iturrate tildó de “incomprensible e inaceptable” que Bildu dé “un paso atrás” y se ponga “contra nuestras competencias” cuando parecía que se iba a incorporar a la defensa de lo vasco. Los tres traspasos supondrán descontar del Cupo 468.000 euros.

Gobierno ‘nini’

EH Bildu cargó ayer duramente contra el PNV por su política de alianzas al considerar que un próximo gobierno de jeltzales y socialistas será un gobierno que se neutralizará mutuamente y no será ni abertzale ni de izquierdas. El coordinador de EH Bildu, Arnaldo Otegi, opinó en Onda Vasca que “los socialistas van a poder seguir vendiendo que están en ese Gobierno para moderar al PNV”, y el PNV se va a coaligar “con quien se lo pone muy fácil”.

“No es de recibo que tenga que producirse a escasas horas del inicio de la campaña electoral”

Solicitud a la Junta Electoral vasca

“Defiendo la posibilidad y la obligación de hacer la reunión; es ley y son 40 años de incumplimiento”

Consejero de Autogobierno y portavoz