- Iñaki Arriola (Eibar, 1959) defiende que el derrumbe de Zaldibar no pudo haberse evitado desde las instituciones y cree que la búsqueda de un nuevo modelo de gestión de residuos será una de las prioridades de la próxima legislatura en el Parlamento Vasco.

La Ertzaintza ve indicios criminales en la actividad del vertedero de Zaldibar. ¿Cómo afecta al Departamento de Medio Ambiente que autorizó dicha actividad?

—Los indicios se refieren a la empresa propietaria del vertedero y es algo que tampoco sorprende, en la medida en que está abierta una investigación judicial con base en dos presuntos delitos. Uno sobre los derechos de los trabajadores y otro contra el medio ambiente. En nuestro Departamento somos los primeros interesados en que se establezcan las causas y, en su caso, las responsabilidades que pudiera haber en cuanto al siniestro. De hecho, nosotros pusimos en conocimiento de la Fiscalía unos hechos que pudieran ser constitutivos de delito, en el sentido de que conocimos que la empresa había sabido unos días antes del desprendimiento que había movimiento en el vertedero. En ese sentido, en cuanto tuvimos noticia de ello lo trasladamos a la Fiscalía. Tanto el juzgado como la Fiscalía van a contar en todo momento con la colaboración del Departamento, como no podía ser de otra manera. De hecho, hemos encargado dos informes, uno pericial sobre la causalidad para intentar conocer los motivos del desprendimiento, y otro en forma de auditoría para analizar las licencias concedidas por el Departamento y la labor de inspección de Medio Ambiente en todos los años de vida del vertedero. Cuando tengamos las conclusiones de esos estudios, si es necesario las pondremos en conocimiento del juzgado. No hay nada que ocultar por parte del Departamento.

Dependiendo de las conclusiones, ¿habrá ceses o depuración de responsabilidades?

—Nosotros siempre hemos asumido las responsabilidades. Por lo que a mí respecta, creo que en el Departamento las cosas se han hecho adecuadamente en función de la legalidad. Ahora, hemos encargado esos estudios y veremos las conclusiones oportunas de los mismos. Mientras, seguimos trabajando, llevamos más de cuatro meses en ello porque el objetivo que tenemos, además de colaborar con la Justicia, es trabajar para encontrar los cuerpos de Alberto SoLoluze y Joaquín Beltrán. Esa es la prioridad que tiene establecida el Gobierno y en eso estamos trabajando todos los días.

¿Hubo control suficiente a Verter Recycling desde Medio Ambiente?

—Yo entiendo, y a mí se me ha transmitido así desde el área de Medio Ambiente, que los controles se han ajustado a la legalidad.

¿Fue entonces una tragedia inevitable por parte de las instituciones?

—Desde nuestro punto de vista imprevisible, sí.

Sin embargo, existían deficiencias previas y no se paró la actividad en ningún caso, se les renovó incluso la Autorización Ambiental Integrada en 2013.

—Los informes de inspección que tenemos recogen en su caso algunas cuestiones de incumplimientos de la Autorización Ambiental Integrada. Pero las cuestiones eran de índole menor, no eran cuestiones que supusieran grandes incumplimientos o grandes infracciones. De hecho, en la última inspección de junio y julio de 2019, a pesar de que el número de cuestiones detectadas en el informe eran importantes, todas tenían la calificación de leve menos una que era moderada. No había ninguna infracción grave ni muy grave. Por tanto, no es algo que llevara como consecuencia el que se cuestionara la licencia.

¿Tiene que ocurrir una tragedia para revisar a fondo el funcionamiento de la gestión de residuos?

—Cuando pasan estas cosas, que desgraciadamente a veces ocurren, nos inducen a hacer una reflexión general. De hecho, yo creo que una de las cuestiones que el Gobierno Vasco tendrá que abordar de cara a la próxima legislatura es el modelo de gestión de residuos. Pero también tengo que decir una cosa: aquí se está aplicando normativa europea, no es una normativa propia del Gobierno. Y en ese sentido hay que tener en cuenta que Euskadi no es una isla rodeada por miles de kilómetros de mar. Estamos en un contexto europeo y en ese contexto tenemos que movernos. Ahora, es verdad que cuando ocurre una desgracia de estas características tenemos que reflexionar, y reflexionaremos en todo. No solo sobre el modelo de gestión de residuos, sino también sobre que esto no ocurre porque sí.

¿Por qué ocurre?

—Esto ocurre porque estamos en una sociedad que tiene un fuerte componente de actividad económica industrial. Y además estamos muy orgullosos de que esto sea así y queremos que en el futuro la actividad económica industrial sea un pilar importante de nuestra economía. Pero eso conlleva lo que conlleva, a día de hoy en Euskadi generamos 6,3 millones de toneladas de residuos, de los cuales los cuantitativamente más importantes no son precisamente los domésticos, sino los industriales. El 60% de los residuos que generamos son industriales y, de esa cantidad, el 37% se deposita en vertederos. Es demasiado y tenemos que avanzar de forma decidida en acciones que permitan volver a reintroducir la mayor parte de esos materiales que se utilizan en las cadenas de producción y reducir al máximo el vertido.

¿Va a ser este cambio de modelo un punto clave en la próxima legislatura vasca?

—Yo creo que va a ser un elemento importante de reflexión y debate. Ojalá seamos capaces de buscar consensos a nivel político y social.

Otro punto vital para los siguientes cuatro años será el plan de reconstrucción post COVID-19. ¿Hay que estrechar la colaboración con el Estado o es mejor ir por libre?

—Nosotros no estamos solos. Tenemos una economía internacionalizada y globalizada y hay que buscar aunar esfuerzos y todas las sinergias que puedan darse, tanto a nivel español como europeo. Tenemos que saber que si a España le va bien a Euskadi le irá bien. Estamos dentro de España y tenemos unas relaciones económicas muy estrechas con España. Lo mismo con Europa, esto está interrelacionado. Nadie se salva por su cuenta, al margen de los demás. En ese sentido, habrá que buscar esa interrelación en las acciones que permitan impulsar la economía y sostener el empleo. Lógicamente, cada uno con sus competencias y desarrollando sus planes para que en los próximos años podamos tener una expectativa de recuperación.

Respecto al Departamento de Vivienda, se han puesto en marcha dos líneas de ayuda. ¿Sirven para paliar los efectos de la crisis?

—Hemos introducido medidas de choque para hacer frente a la situación económica derivada de la crisis sanitaria. Nos ha tocado poner en marcha dos ayudas, la primera dirigida a los inquilinos del parque de vivienda pública y que ha supuesto una exoneración de las rentas para aquellas personas que padecen las consecuencias económicas de la crisis. A quienes la han solicitado, durante los meses de abril, mayo y junio se les perdona la renta. A partir de junio haremos ajustes en el precio a pagar. La segunda ha sido una línea de ayudas para, a las personas que tienen su vivienda en alquiler en el mercado libre, ayudarles a pagar una parte del precio del alquiler. Esa ayuda, de 250 euros, la hemos extendido a otros colectivos: gente que se ha quedado en desempleo, que ha tenido que reducir su empleo, gente que está en un ERTE, autónomos con pérdidas importantes€ Estos son los receptores de esta segunda ayuda.

¿Cuántas personas se han podido acoger a estas prestaciones?

—En la primera línea de ayudas hemos tenido 1.380 solicitudes y, en la segunda, 1.656 hasta ahora, pero está abierta la solicitud hasta el 30 de septiembre. Las conclusiones de todo esto son evidentes: necesitamos ampliar nuestra capacidad de oferta de parque público a todos los niveles. En los últimos años hemos crecido de forma importante y habrá que seguir creciendo para poder tener capacidad de respuesta y atención directa a las solicitudes.

¿Ha sido la reacción vasca ante la crisis mejor que la del Estado?

—El Estado también ha ido tomando medidas que no son muy diferentes de las nuestras. Todas las comunidades estamos en la misma línea de intentar ayudar a las personas para hacer frente a las situaciones de impacto económico.

En general, ¿se actuó tarde desde las instituciones?

—Como dice el dicho popular: después de visto todo el mundo es listo. Creo que en el momento en el que se actuó el impacto real desde el punto de vista de contagios y muertes derivadas del COVID era pequeño. Si desde el Gobierno de España se hubiera establecido el estado de alarma con anterioridad, no quiero ni pensar lo que hubiesen dicho los que ahora están diciendo que se actuó tarde. Si todos lo sabían, no sé dónde estaban cuando tenían que haber advertido.

Respecto a la situación actual, ¿los rebrotes en Basurto y Txagorritxu incrementan la preocupación?

—Sí, claro. Pero es lo que se viene advirtiendo por las autoridades sanitarias, que el virus sigue ahí, que no ha desaparecido y no hay que confiarse. Tenemos que seguir tomando precauciones y ser prudentes, también en el tema de los movimientos de ciudadanos a otras autonomías. Hace falta prudencia en todo esto porque la sociedad en su conjunto ha hecho un gran esfuerzo para poder ir doblando el brazo al virus y no podemos pensar que esto es jauja y que está ganado. Esto no se ha acabado, estamos viendo todos los días que sigue habiendo contagios. Es verdad que a un nivel pequeño, pero todavía están ahí.

¿Le preocupa la escalada en la tensión de la política estatal?

—Me preocupa, porque se está dando un espectáculo lamentable y, segundo, un nivel bajísimo de lo que se supone que debería ser la utilidad de la política para resolver los problemas. Que en una situación de crisis como la que estamos padeciendo, con una coyuntura de gran impacto en el Producto Interior Bruto y el empleo, no haya capacidad de poner por encima los intereses generales y el servicio a la ciudadanía y se aproveche la situación para desgastar al Gobierno, no tiene palabras.

¿Teme que se reproduzca la crispación en la CAV en la próxima legislatura?

—Esperemos que no. Creo que la próxima legislatura va a ser difícil porque la coyuntura económica que va a tocar lidiar va a ser complicada y los gobiernos van a tener que hacer frente a la situación poniendo encima de la mesa planes de actuación que permitan sostener el empleo y los servicios públicos esenciales. Eso es muy importante que se haga con solvencia, con un Gobierno que tenga además respaldo parlamentario suficiente, y con la mano abierta para buscar acuerdos, tanto a nivel social y económico como a nivel político. Y ojalá tengamos todos grandeza para buscar puntos de encuentro que nos permitan sumar esfuerzos y dejar de lado las discrepancias.

"Los indicios contra la empresa no sorprenden en una investigación con base en dos presuntos delitos"

"Tenemos que avanzar de forma decisiva en acciones que permitan reducir al máximo los vertidos"