- La transferencia de la gestión del Ingreso Mínimo Vital por parte de la CAV, tal y como recoge la disposición adicional quinta del Real Decreto convalidado ayer por el Cogreso de los Diputados, puede ser un primer paso para el cumplimiento del traspaso del régimen económico de la Seguridad Social, recogido en el artículo 18 del Estatuto de Gernika, según manifestó ayer el diputado del PNV por Gipuzkoa, Iñigo Barandiaran en su intervención en el Congreso.

Con la transferencia del IMV, la CAV se hará cargo de la financiación íntegra y el Estado dejará de financiar esta prestación no contributiva, que pasaría a ser carga asumida por Euskadi. La gestión del IMV, al igual que en Navarra, supondrá incluir dentro de las políticas de integración laboral que realiza Lanbide, en el caso de la CAV, que tiene asumidas las políticas activas de empleo, al igual que en la actualidad se hace con la RGI

Barandiaran intervino en la sesión de la tarde para destacar que el acuerdo garantiza la gestión de la prestación por la vía de la encomienda hasta que se materialice la transferencia. Recogiendo las palabras del ministro Escrivá sobre el modelo de la CAV y Navarra, Barandiaran subrayó como factor importante la eficiencia en la gestión de la prestación a la hora de configurar las condiciones para su acceso, como son el conocimiento del nivel de renta y patrimonio de los perceptores, al disponer de un instrumento fundamental como son las Haciendas forales.

“Hubiera sido un error de planteamiento no haber situado esta prestación en las instituciones cuya gestión de una prestación similar se ha acreditado como un modelo eficaz, con mayor razón si ello requiere de unos datos tributarios que poseen las Haciendas forales”.

La existencia de la RGI en Euskadi, que funciona, desde hace 30 años ha significado que, según datos del Eurostat de 2018, la incidencia de la pobreza sea del 18%, cuando en el Estado es del 26% y en la Eurozona el 22%.