- El presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), Juan Luis Ibarra, afirma que quienes “practicaron la violencia con fines políticos no se han hecho demócratas” y se ha visto en los ataques a sedes de partidos durante las últimas semanas, que “son graves y causan dolor”, pero “anecdóticos”, porque no definen la situación actual de Euskadi.

En una entrevista concedida a la agencia Efe, Ibarra reflexiona sobre sus 32 años en la carrera judicial y, en concreto, sobre la última década que ha estado liderando el TSJPV, de la que ha valorado el final de la amenaza de ETA, el “restablecimiento de las relaciones” de ese tribunal con el resto de institucionales vascas y el reconocimiento de la justicia del País Vasco como “algo nuestro”.

Ibarra sustituyó en la presidencia del TSJPV a Fernando Ruiz-Piñeiro, bajo cuyo mandato se juzgo al lehendakari Juan José Ibarretxe y al entonces líder de los socialistas vascos Patxi López, por reunirse con Batasuna, en un proceso que terminó con la absolución de todos los encausados, así como se celebró el juicio por desobediencia a la Mesa del Parlamento presidida por Juan María Atutxa, por negarse a disolver al grupo de la izquierda abertzale en la Cámara. Ambos procesos provocaron una fractura entre la Administración de Justicia y el resto de instituciones de la Comunidad Autónoma.

Ibarra ha tratado de curar esa herida. Según analizado, “había que buscar el lugar que le correspondía a la Justicia en ese sistema institucional vasco, que no era obvio”. Según detalla, para cambiar ese clima ha mimado su relación con el Gobierno Vasco y ha acudido a visitar al lehendakari cada año, al tiempo que Urkullu ha participado en los actos de apertura del Año Judicial.

Además, considera que “las condiciones para el ejercicio de la jurisdicción han mejorado desde que ETA abandonó la actividad terrorista”. Los jueces ya no están “sometidos a la presión” de esa organización “que definía a los jueces como enemigos existenciales” y “cifraba su existencia a la desaparición del poder judicial”. “Pero no quiere decir que quienes practicaron la violencia como instrumento de acción política se hayan hecho demócratas, porque no es verdad”, asegura.

“Lo hemos visto en los atentados a las sedes de los partidos políticos” ocurridos en Euskadi en estas últimas semanas por parte del movimiento de apoyo a los presos ATA, pero “es anecdótico” ya que “no define la situación en esta comunidad autónoma” en el ámbito social y político. “Es grave, pero no deja de ser coyuntural y tiene tintes patéticos” aunque “haga mucho daño y cause dolor a las personas objetos de esas acciones”, sentencia.

Otra consideración

El tercer gran cambio durante su mandato es la consideración de la Administración de Justicia en el País Vasco “como algo nuestro”. Así, destaca el esfuerzo de jueces, fiscales y toda la plantilla de funcionarios para que dejara de percibirse como una institución del Estado “ajena” a esta sociedad, y que ahora se reconozca la labor de los 234 jueces y magistrados que ejercen en esta comunidad.

Ibarra valora que “en los últimos tres meses se ha avanzado más que en los últimos cinco años” en cuanto a la infraestructura informática y las conexiones tecnológicas. Sobre la Justicia en el Estado, avisa de la necesidad de propiciar “un gran pacto para acometer la reforma integral del servicio público de la Justicia”, si bien lo reconoce “difícil”.