- El lehendakari y los presidentes autonómicos decidirán cuándo se levanta el estado de alarma en sus territorios una vez ya hayan superado la fase 2, además del número de días que quieren permanecer en la 3, aunque podrán solicitar recomendaciones al Ministerio de Sanidad.

Así lo anunció ayer Pedro Sánchez en una comparecencia en la que avanzó que pedirá una última prórroga del estado de alarma del 8 al 21 de junio para poner fin, si no rebrotan los contagios del COVID-19, a una situación de excepcionalidad que le ha supuesto un verdadero tormento cada quince días en el Congreso de los Diputados y cada domingo en la videoconferencia con los presidentes autonómicos.

El presidente del Gobierno español anunció ayer que deja en manos de las comunidades autónomas la gestión de la fase 3 de desescalada a la que, previsiblemente, escalarán casi todas, incluidas la Comunidad Autónoma Vasca y Nafarroa, salvo las de Madrid y Catalunya y algunas zonas de Castilla y León. Las autonomías decidirán sobre las medidas de desescalada, su modulación, sus ritmos e incluso su duración. Así el lehendakari podrá acelerar la desescalada y recuperar antes la normalidad.

La decisión es consecuencia del acuerdo alcanzado entre el Gobierno español y el PNV por el que Sánchez acepta ceder a las autonomías el pilotaje de la fase 3 de desescalada, salvo la libre circulación que estará restringida al interior de cada comunidad. El Estado se reserva el control de los pasos fronterizos a otras comunidades.

A cambio el PNV apoyará la prórroga en la votación de este miércoles en el Congreso, lo que unido a la abstención de ERC, que también se sumó al acuerdo con el Ejecutivo español, permitirá a Sánchez salvar la votación, siempre y cuando Ciudadanos se mantenga en el sí a la prórroga, como lo ha hecho en las dos últimas votaciones. En respuesta a una pregunta sobre el diálogo con Ciudadanos, el jefe del Ejecutivo agradeció “de corazón” la responsabilidad de los grupos políticos que han apoyado restringir la movilidad y la libertad de reunión, dejando entrever que confía en su apoyo. Si lo rechazara, los partidos minoritarios tendrían un papel importante y quizás fueran determinantes las cinco abstenciones de EH Bildu. Esta formación no aclaró ayer su posición y, previsiblemente, mantendrá la incógnita hasta el último momento para jugar con la aritmética parlamentaria.

La decisión de Sánchez supone el paso de la cogobernanza con las comunidades a la “gobernanza absoluta” durante la fase 3 en la que el lehendakari, que pedirá el paso al último peldaño de la desescalada, y los o las presidentas autonómicas contarán con todas las facultades ejecutivas anteriores a la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo, salvo la movilidad interautonómica.

En la comparecencia posterior a la videoconferencia con los presidentes autonómicos, Sánchez asumió que a partir del 21 de junio el Estado español entrará ya en la llamada “nueva normalidad”. No obstante, ya desde antes, los presidentes autonómicos, que serán en ese momento las autoridades competentes, tendrán capacidad para gestionar los tiempos. Según explicó, las autoridades sanitarias han planteado que sea en esa fase cuando se permita que sean los gobiernos autonómicos los que tengan el control absoluto “para manejar los tiempos” y también para plantear “el levantamiento del estado de alarma, antes incluso del 21 de junio”, en el caso de que la situación epidemiológica lo permita.

El presidente español precisó que “no habrá novedad” en los últimos quince días de estado de alarma en aquellas comunidades autónomas que sigan en fase 2, ya que seguirá siendo el Gobierno quien tome la decisión definitiva del avance a la última etapa de la desescalada, como sucedía hasta ahora.

Sánchez hizo una encendida defensa en la gestión de la crisis sanitaria del director del Centro de Coordinación de Alertas Sanitarias, Fernando Simón, y el del ministro de Sanidad, Salvador Illa, quien “jamás ha escurrido el bulto ni ha culpado a nadie” ni se ha permitido una sola mala palabra. Alabó a Simón porque incluso en las “horas más oscuras” lo ha visto siempre igual de “entregado”, pensado en el país, y soportando “estoicamente las críticas más descabelladas”, aludiendo a Vox y al PP.

El líder de los populares, Pablo Casado, acusó ayer a Sánchez de romper la igualdad entre los españoles y de convertir la negociación del estado de alarma en un “mercado persa” para “tapar su nefasta gestión” de la crisis del coronavirus. A su juicio, Sánchez “rompe la igualdad entre españoles dando a los nacionalistas del País Vasco, Navarra y Catalunya lo que niega al resto”.

Nuevo desencuentro. La decisión de ERC de facilitar, con su abstención, la aprobación de la sexta y última prórroga del estado de alarma ha provocado el enésimo desencuentro con JxCat, su socio en el Govern, que ve el acuerdo insuficiente y exige recuperar las competencias y gestionar la desescalada. El president, Quim Torra, aprovechó la reunión para transmitir a Sánchez su rechazo a la prórroga “por respeto” a Catalunya y porque considera que esta situación “centraliza” las competencias del Govern.

“Tendrán el control para manejar los tiempos y plantear el levantamiento del estado de alarma antes del 21 de junio ”

“A partir del 8 de junio el estado de alarma será muy distinto y mucho más liviano, pero necesario”

Presidente del Gobierno español