- Parece casi imposible que la nueva fecha de las elecciones vascas se acuerde de manera unánime como sucedió con su suspensión. Tanto la izquierda abertzale como Elkarrekin Podemos apuestan por demorar la cita con los votantes hasta el mes de septiembre, como mínimo, frente al planteamiento del lehendakari de celebrarlas ya en julio. En este asunto, la coalición morada está endureciendo su discurso planteando reparos cada vez mayores y puntualizando que no se trata solo de que rechace convocar ya las elecciones, sino que ni siquiera debería hablarse de los comicios hasta que termine el plan de confinamiento, a finales de junio. La reunión entre el lehendakari y los partidos, sin embargo, tendrá lugar mañana mismo. Desde el PNV, avisan de que, si las elecciones fueran en septiembre, habría que poner en marcha varios trámites en agosto y eso complicaría en extremo que se garantice el voto por correo. Ya en octubre, se plantearía el riesgo de rebrote del coronavirus por la caída de las temperaturas. El 25 de octubre es el límite legal.

La candidata a lehendakari de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi, defendió ayer en una rueda de prensa telemática que no es momento “de hablar o pensar en elecciones” y que no debe hacerse hasta llegar “al primer día después de la última fase”. “Es necesario primero cumplir todas las fases fijadas por las autoridades sanitarias y no reunirnos a hablar de elecciones hasta el primer día de la vuelta a la normalidad”, lanzó.

Teniendo en cuenta que las elecciones deben convocarse con 54 días de antelación, la celebración se retrasaría hasta agosto y, al ser vacacional, hasta septiembre como mínimo. La posición de Podemos encierra una contradicción: forma parte del Gobierno español, que ha autorizado las elecciones tanto en Galicia como en Euskadi a pesar de la vigencia del estado de alarma y se ha comprometido en el Boletín Oficial del Estado a mantener a pleno rendimiento servicios de su competencia como Correos o el INE para el censo. Pero Podemos está endureciendo el discurso en suelo vasco y, ya durante la Diputación Permanente del pasado viernes, el lehendakari reveló que, durante la reunión de partidos de hace dos semanas, la formación se mostró dispuesta incluso a unas elecciones en primavera de 2021, lo que supondría alargar la excepcionalidad democrática que implica gobernar sin un Parlamento activo. En el turno de intervención posterior, Jon Hernández, de IU, lo negó.

Desde EH Bildu, su portavoz, Maddalen Iriarte, pidió en Onda Vasca que se haga un “modelo” de informe sobre las elecciones en todos los meses posibles y no solo en julio, y añadió que septiembre no sería una opción tan mala desde el punto de vista del clima y la temperatura. Cree que ahora hay que dar respuesta a cuestiones urgentes en el plano sanitario, social y económico. En cualquier caso, la coalición tampoco quiere trasladar la sensación de que unos comicios en julio podrían perjudicarla, y matiza que estaría lista para afrontar la cita electoral si se celebrara con carácter inmediato.

La posición del PP está registrando también algunos matices. Coincide con la izquierda en que no es el momento de hablar de las elecciones, pero le preocupa quedarse descolgado en su pugna con el PNV y cree que, en este escenario preelectoral intermedio donde no se ha convocado formalmente la cita, puede salir perdiendo porque el lehendakari tiene una elevada proyección en los medios de comunicación. Comienza a pensar que quizás sería conveniente hacer oficial la cita con las urnas. Además, puede quedar atrapado en una contradicción: es muy probable que, en Galicia, el también popular Alberto Núñez Feijóo convoque las elecciones en julio para sincronizarse otra vez con los comicios en la comunidad autónoma vasca.

Desde el PNV, el presidente de su ejecutiva, Andoni Ortuzar, aseguró a Onda Cero que, si las elecciones tuvieran lugar en septiembre, habría que realizar varios trámites en agosto, en un periodo tradicionalmente vacacional, lo que podría poner en riesgo el voto por correo, que además se espera que sea especialmente numeroso y relevante en esta ocasión. El jeltzale insiste en que es necesario poner en marcha cuanto antes un nuevo gobierno que pueda aprovechar el verano para realizar los trámites de puesta en marcha, y afrontar el otoño con unos presupuestos que encaren los desafíos de la crisis sanitaria y económica.

Los aliados del PNV en el Gobierno Vasco, los socialistas, no ponen reparos, al igual que el Gobierno del PSOE en el Estado. Además, el PSE comparte el espíritu de la propuesta del lehendakari y que se pueda constituir cuanto antes un gobierno fuerte que elabore unos presupuestos determinantes en esta crisis. Solo pide garantías sanitarias y de voto para todos.

El partido ecologista no plantea objeciones políticas ni grandes obstáculos a las elecciones en julio. Cree que pueden celebrarse si se acredita que es posible desde el punto de vista sanitario y es el único partido, junto al PSE, que puede respaldar la posición del PNV a este respecto. José Ramón Becerra ha representado a Equo en esta legislatura en el Parlamento Vasco y se presentará en solitario a las elecciones tras la ruptura de la coalición con Podemos que decretó Pablo Iglesias desde Madrid.

Tiene la competencia. Cuando se aplazaron las elecciones del 5 de abril, el lehendakari se comprometió con los partidos a fijar la nueva fecha una vez oídas sus opciones. Sin embargo, la decisión en sentido estricto es de su competencia. El lehendakari volvió a apelar en la Diputación Permanente del viernes pasado a tomar una decisión con el mayor consenso posible, pero está convencido de que julio será el mes en que el virus estará más debilitado.

“Si fueran en septiembre, habría que hacer el voto por correo en agosto y no sé si seríamos capaces”

Presidente del EBB del PNV

“No debemos reunirnos a hablar de las elecciones hasta el primer día de la vuelta a la normalidad”

Candidata de Elkarrekin Podemos-IU

“Si se refiere a la climatología, septiembre no parece que sea el peor mes para las elecciones”

Candidata de EH Bildu