- La política vasca sigue a vueltas con la cuestión pendiente de las elecciones autonómicas, que empezará a despejarse a partir de mañana, cuando se celebra la mesa de partidos convocada por el lehendakari Iñigo Urkullu para evaluar y debatir las diferentes opciones sobre la mesa relativas a la celebración de los comicios. A pesar de que la opción preferente para el Gobierno Vasco es llamar a las urnas en julio, las fechas están condicionadas a la evolución de la pandemia y a las garantías sanitarias necesarias para la movilización ciudadana.

Ayer se pronunció al respecto la consejera de Sanidad del Ejecutivo autonómico, Nekane Murga, que aseguró que su Departamento cumplirá con las “medidas de seguridad médica y para la prevención de la epidemia” independientemente de la fecha en la que se celebren las elecciones. Asimismo, aludió a la propuesta de Iñigo Urkullu de celebrarlas en julio y respaldó esta opción al considerar que “es una de las posibles mejores fechas”, ya que estudios científicos prevén que el verano sea “el momento de mejor comportamiento” del COVID-19. En todo caso, Murga dijo que en cualquier fecha serán necesarias medidas extraordinarias de seguridad sanitaria.

En una entrevista concedida a Radio Euskadi, la responsable de Osakide-tza insistió en que el verano puede ser una buena época para llamar a la ciudadanía a las urnas debido a las condiciones climáticas favorables. “Sabemos que este tipo de virus tiene un comportamiento estacional y que se reduce con temperaturas altas, y también que en situación en que circulen otros virus respiratorios puede ser más complicado identificar los casos y más difíciles de controlar”, argumentó. En cualquier caso, llamó a los partidos políticos a que lo debatan a fondo mañana en el foro convocado, ya que “es un buen momento para reflexionar”.

De cualquier forma, Nekane Murga precisó que los comicios autonómicos “tendrán que tener unas medidas de seguridad médica y para la prevención de la epidemia”. Entre estas normas extraordinarias, mencionó que los documentos de identidad “no podrán tocarse de mano en mano”, que habrá que “tomar medidas” para las papeletas o que “los recintos donde las personas eligen sus votos” deberán desinfectarse. “Habrá que regular todo esto. Y en cualquier momento de este año que se haga sería lo mismo”, advirtió la consejera.

En el plano político, la presidenta del Bizkai Buru Batzar, Itxaso Atutxa, aseguró que la convocatoria electoral no está reñida con las garantías sanitarias. En este sentido, afirmó que los comicios se tienen que celebrar “por responsabilidad” y por no demorar la anómala situación con el Parlamento Vasco disuelto. Atutxa cargó contra la oposición y apuntó que, si el lehendakari hubiera planteado posponer las autonómicas sine die, se habría calificado su postura de “absolutista, dictatorial y autoritaria”.

Asimismo, la dirigente del PNV recordó que Iñigo Urkullu tomó la decisión de demorar los comicios en consenso con el resto de grupos parlamentarios, tal y como cree que hará ahora para encontrar una nueva fecha. “Las elecciones hay que celebrarlas en algún momento porque están suspendidas. En cualquier otro momento, estaríamos todos pidiendo que se celebraran porque esto es, en realidad, una anomalía democrática, política e institucional. Tal es así, que ni siquiera había un precepto legal que recogiera una situación como esta, no estaba ni siquiera prevista”, concluyó Atutxa.

Por parte de la oposición, se pronunció ayer sobre las elecciones pendientes la candidata de Elkarrekin Podemos, Miren Gorrotxategi, que volvió a mostrarse crítica con la fecha de julio. A su juicio, unos comicios en verano conllevarían un gran “coste sanitario y democrático”, por lo que opta por la prudencia y por no poner las urnas hasta que no sea “seguro y razonable”. En esa línea, reclamó al lehendakari que certifique que “las razones que llevaron a aplazar la convocatoria de abril se han superado”.

También se mostró contrario a una cita en verano el candidato de la coalición PP+C’s, Carlos Iturgaiz, que cree que el PNV “tiene prisas” por convocar elecciones, mientras que la ciudadanía vasca “piensa en salud y empleo”.