- En la comparecencia prevista para mañana ante la oposición, el lehendakari pondrá el acento en las medidas propias que ha adoptado la comunidad autónoma para superar la crisis sanitaria del coronavirus, unas actuaciones que cree que han sido duras y algunas veces, incluso, pioneras en el conjunto del Estado. Este matiz es clave en un momento en que parte de la oposición, y en cierta medida también sus socios del PSE, proyectan la idea de que Urkullu se queda corto en la lucha contra la pandemia por oponerse al cierre total de las empresas que ha decretado Sánchez y creen que prima los intereses económicos frente a la vida de los trabajadores, mientras Moncloa mueve ficha y endurece las medidas. El portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, defendió ayer que algunas medidas vascas han sido “realmente duras y sin precedentes”, como la decisión de cerrar los centros educativos “antes que el Estado”, o la declaración de emergencia sanitaria, que también llegó horas antes de que Sánchez decretase el estado de alarma y asumiera el mando único.

Desde entonces, el mando único ha limitado el margen de las comunidades, aunque las instituciones vascas han hecho lo que estaba en su mano y han evitado un colapso hospitalario movilizando camas, han sido líderes en la realización de pruebas según Erkoreka, y han priorizado lograr material como mascarillas o respiradores. La única gran discrepancia con Sánchez, al margen de las formas, ha sido el parón económico y, en los primeros compases del confinamiento, el cierre total del comercio. El lehendakari va a comparecer mañana en la Diputación Permanente, en una sesión pedida por EH Bildu que será informal y telemática. Estará acompañado por la consejera de Salud, Nekane Murga, y quizás por la de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, aunque se prevé que el peso de la intervención lo lleve Urkullu y el resto del gobierno no tome la palabra salvo que se le pida una aclaración. Según las fuentes consultadas por este periódico, va a defender las medidas propias de la comunidad autónoma vasca, que han sido duras y pioneras porque Araba fue el primer punto donde estalló la crisis sanitaria en todo el Estado y esa situación obligó al Gobierno Vasco “a tomar medidas antes que nadie”. Gasteiz fue la primera capital estatal en la que cerraron todos los centros educativos. Urkullu aprobó también una declaración de emergencia sanitaria horas antes de que Sánchez decretara el estado de alarma. Estas decisiones fueron la percha para decretar después el confinamiento de la población, y la suspensión de las elecciones vascas del 5 de abril.

Se suprimieron las visitas a residencias y hospitales, y se tomaron medidas para limpiar el transporte. No ha sido necesario el Ejército español, que sí ha actuado en infraestructuras de competencia estatal y cuyo papel agita el PP. Erkoreka puso en valor tras el Consejo de Gobierno que “ha habido una respuesta digna”. Citó los 1.025 millones del plan económico, y una financiación de 500 millones con Elkargi.

“Euskadi ha sido capaz de dar una respuesta digna a una prueba sin precedentes”

Portavoz del Gobierno Vasco