DoNOSTIA - Las víctimas de uno de los atentados de ETA con mayor impacto emocional, social y político recibieron ayer un homenaje unitario por parte de la política vasca. Los principales partidos participaron en el acto para recordar al exvicelehendakari socialista Fernando Buesa y a su escolta Jorge Díez, un acto celebrado en Gasteiz para honrar a ambas víctimas en el 20º aniversario de su asesinato.

La ceremonia consistió en una ofrenda floral realizada ante el monolito instalado en la capital alavesa junto al lugar en el que Buesa y Díez fueron asesinados con un coche bomba por ETA el 22 de febrero de 2000. En el acto, durante el que fue reproducida la canción Ausencia, de Imanol, participaron la viuda e hijos del exdirigente del PSE, y los padres y la hermana de su escolta. También estuvieron presentes la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria; el diputado general de Araba, Ramiro González; el secretario general de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación del Gobierno vasco, Jonan Fernández y varios consejeros del Ejecutivo de coalición entre los jeltzales y los socialistas.

Por parte de los partidos, acudieron delegaciones del PNV, EH Bildu, Elkarrekin Podemos, PSE y PP, entre los que se encontraban el presidente del PNV, Andoni Ortuzar; la candidatas a lehendakari Maddalen Iriarte (EH Bildu) e Idoia Mendia (PSE), el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, y la candidata oficial en las primarias de Podemos a la lehendakaritza, Rosa Martínez. El Parlamento Vasco colocó en el exterior de las instalaciones la fotografía del exdirigente socialista y mantuvo encendido el pebetero.

respetar los derechos La ofrenda floral estuvo precedida del homenaje celebrado el jueves por la Fundación Fernando Buesa en el que Sara Buesa, hija del dirigente del PSE asesinado por ETA, defendió que es necesario hacer “justicia” a las víctimas y que los terroristas no merecen “homenaje” alguno, aunque también defendió que los presos de la banda deben tener “un camino de reinserción” y que han de respetarse los derechos humanos de todas las personas, “incluso los de quienes nos hacen daño”.