donostia - El alcalde de Donostia, Eneko Goia, avisó ayer a los autores de los ataques contra las placas que recuerdan a asesinados por ETA de que estas acciones conllevan "penas bastante considerables". "A Gregorio Ordóñez ya le hicieron lo peor que se le podía hacer, que fue asesinarlo y ahora tratar de ensuciar su memoria la verdad es que a mí me parece increíble", denunció Goia, que explicó que la Parte Vieja cuenta con un sistema de cámaras de videovigilancia para controlar el acceso de vehículos, aunque la investigación aún no ha permitido identificar a los atacantes.

"Quiero recordar que esos ataques desde el punto de vista del Código Penal implican penas bastante considerables", ahondó Goia, que evitó que esta frase sonara a amenaza desde el Consistorio, aunque insistió que quien ataca la memoria de esta manera "juega con fuego, al margen de que me parece despreciable que se hagan estas cosas".

Desconocidos arrojaron la madrugada del domingo pintura negra contra la placa en recuerdo del exedil del PP asesinado por ETA en 1995. Fue apenas una semana después de que se colocara en la calle 31 de Agosto frente al bar La Cepa.

El alcalde aseguró a preguntas de los periodistas que la Parte Vieja donostiarra cuenta con cámaras de videovigilancia para controlar el acceso de vehículos, por lo que el Consistorio seguirá "pendiente" de nuevos posibles ataques. Sobre el sabotaje del pasado domingo, fuentes municipales reconocieron a este diario que "de momento" no hay evidencia visual de lo ocurrido.

En el caso de que la investigación tome forma y los autores puedan ser identificados, se pueden enfrentar a delitos tipificados en el Código Penal, como recordó Goia sin citar de forma expresa ningún artículo. En principio, la naturaleza de los hechos apunta al artículo 578, donde se castiga la "realización de actos que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas de los delitos terroristas o de sus familiares".

El castigo de prisión oscila entre uno y tres años, con multa de doce a dieciocho meses. No obstante, con otros precedentes de casos similares sobre la mesa, estas condenas se pueden ver incrementadas en aplicación de la denominada legislación antiterrorista.

A la semana La placa en memoria de Ordóñez fue instalada el 25 de enero, apenas dos días después de que se cumplieran 25 años desde que ETA lo asesinara mientras almorzaba. Ni una semana después del acto que sirvió para recordar al exedil, una o varias personas arrojaron pintura negra y trataron de romper la baldosa contigua a la placa, colocada en el suelo. En pocas horas, los servicios de limpieza donostiarra consiguieron limpiar la placa.

La de Ordóñez fue la sexta placa instalada en memoria de víctimas y la segunda atacada por desconocidos. En marzo del año pasado en la Avenida de la Libertad se colocaron varias en recuerdo del que fuera presidente de la Diputación guipuzcoana Juan María Araluce, su chófer y sus tres escoltas, tiroteados los cinco en 1976.

Fue el primer atentado mortal que se recordó en la capital mediante la colocación de placas, una iniciativa que aspira a reconocer a las 107 personas asesinadas por ETA y los Comandos Autónomos Anticapitalistas; a once de las fuerzas de seguridad y a cuatro cuya autoría corresponde al BVE y los GAL.