donostia -El PP en Gipuzkoa se abona al desconcierto después de que ayer viera suspendida por segunda vez la junta directiva que debía designar a Borja Corominas como presidente interino hasta el próximo congreso. No hubo motivos ni razones públicas: solo un mensaje de móvil enviado a la treintena de miembros de la junta, que comunicaba que la cita quedaba "desconvocada hasta nueva orden". Su hasta ahora líder, Borja Sémper, hizo efectiva su dimisión formal y los focos apuntan al presidente del PP de la CAV, Alfonso Alonso, que afronta una situación que enfrenta sin ambages a una cúpula del PP guipuzcoano muy molesta con los últimos acontecimientos y a la dirección de Génova.

"Queda desconvocada hasta nueva orden, el Comité Ejecutivo y la Junta Directiva, por motivos ajenos a la dirección provincial. Un saludo, PP Gipuzkoa". Con este mensaje de móvil enviado por los cauces habituales a primera hora de la tarde de ayer -cuando la cita estaba prevista a las 18.00 horas- dejó otra vez en suspenso el relevo de Sémper por Corominas.

¿Por qué? Fuentes del PP guipuzcoano explicaron que el encuentro de la junta directiva -"que en otras circunstancias se hubiese mantenido"- se suspendió porque el propio Alonso había pedido 24 horas para intermediar con Génova pese a que Corominas goza del respaldo suficiente para hacerse con el partido hasta el congreso que se celebrará este año, y pese a que de momento no ha surgido ningún aspirante del sector crítico, alineado con la visión de Génova.

Las mismas fuentes aseguraron que el número dos de Casado, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha trasladado objeciones a la candidatura de Corominas, que en Gipuzkoa consideran como un aspirante "continuista con la línea política que hemos seguido estos años y que es respaldada por el 90% de la junta directiva". Una línea opuesta a la de Génova, como se evidenció en la configuración de las listas a las Cortes Generales el 28 de abril y el 10 de noviembre, las dos ocasiones principales en las que la nueva dirección del PP ha tenido peso en decisiones que no fueron consultadas con la dirección territorial.

Con el ánimo de que esta crisis no trascendiera en pleno año electoral en la CAV, el presidente autonómico de la formación, Alfonso Alonso, pidió ayer tiempo. "Alonso acepta retrasar a expensas de hablar con Génova", interpretan las fuentes territoriales, que consideran que el de hoy es un "día clave", porque la dirección vasca se acerca al punto de tener que definirse en un pulso cada vez más enconado.

El enfrentamiento entre el PP vasco que en septiembre reivindicó su identidad propia y la dirección de Pablo Casado -contraria a esas tesis- se reproduce y salvo que se solvente de manera óptima, amenaza con repetirse en cada decisión sensible, como ya ha sucedido en los últimos meses con la designación y posterior repetición de Iñigo Arcauz como candidato al Congreso, el amago de expediente al juntero Juan Carlos Cano en verano o el choque por la famosa identidad propia dentro del PP que censuró, entre otros, Cayetana Álvarez de Toledo.

La prueba del algodón en la que se podrá ver qué pasa con las actuales tensiones llegará en pocas semanas, al conformar las planchas electorales al Parlamento Vasco en una cita electoral en la que los populares vascos se juegan buena parte de su representación en los tres territorios.

Quien no repetirá por Gipuzkoa es Borja Sémper, que había pretendido mantenerse en el cargo desde que anunció su marcha el día 14 hasta que hubiera sucesor al frente del partido, ya ha llevado a cabo los trámites pertinentes dentro de la casa como en los cargos públicos para dejar todas sus responsabilidades. Por estatutos, el liderazgo de la formación en caso de dimisión recae sobre el secretario general, José Luis Arrue. Sémper se incorpora la próxima semana a su nueva vida profesional.

Crisis La sucesión de acontecimientos desde que Sémper anunció su adiós de la política -ya ha presentado su renuncia en el Ayuntamiento de Donostia y mañana la hará efectiva en el Parlamento- es una sucesión de decisiones que no llegan. Sobre todo una: la designación de Corominas, concejal en Donostia, como nuevo presidente de la formación.

La primera previsión era la de avalar su nombramiento el 16 de enero, pero la versión que el PP vasco ofreció en una nota fue la de que Sémper aprovechó la reunión de la junta directiva de Donostia y la posterior cita del Comité Ejecutivo Regional para "despedirse de la afiliación".

Entonces, eso sí, el PP de la CAV avanzó que la semana siguiente -la del 20 de enero- se celebraría el encuentro en el que "se propondrá a Borja Corominas como presidente del PP de Gipuzkoa".

Hubo quien interpretó este movimiento en que la dirección de Génova quería retrasar la designación hasta que Casado hubiera visitado Donostia con motivo del homenaje a Gregorio Ordóñez con motivo del 25º aniversario de su asesinato. No hubo junta directiva entonces y debió celebrarse ayer. Quedó suspendida "hasta nueva orden".