Donostia - El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, aseguró ayer que la prioridad de la negociación política debe ser la resolución del conflicto entre Catalunya y el resto de España y no la liberación de los presos independentistas. “La prioridad no puede ser la liberación de los presos, sino la resolución del conflicto”, manifestó, destacando además que los reclusos no pueden condicionar lo que pase fuera de la cárcel.

Según Cuixart, tras dos años de prisión ha quedado claro que los presos no son “moneda de cambio de nada”, por lo que instó a que nadie tenga la tentación de ponerlos sobre la mesa de negociación porque, a su juicio, lo central es el reconocimiento del derecho a la autodeterminación y acabar con la represión, según dijo textualmente. “Lo que debe hacer el Gobierno es acatar las resoluciones internacionales, dejar de manipular el poder judicial y dejar paso a la negociación”, reclamó un Cuixart que consideró que la amnistía es una reivindicación legítima y un instrumento válido que tiene el Estado para la resolución del conflicto, pero que por sí sola no implicaría una resolución democrática automática.

a la altura Al preguntársele si la Generalitat debe desacatar el fallo del 1-O, pidió al Govern y los partidos actuar con “coherencia, rigor y valentía” para dar una respuesta adecuada desde las instituciones. Sin embargo, cuestionó que haya sido así, pese a que hay “un presidente del Parlament y un vicepresidente en prisión, junto con cinco consellers más”. “La indignación de una parte muy importante de la gente no se ha traducido en ninguna respuesta institucional que podamos considerar a la altura de la gravedad de los hechos”, según opinó.

Una vez clasificado en segundo grado, mantuvo que no se acogerá a ningún beneficio penitenciario, pero sí pedirá permisos -lo puede hacer desde el martes- porque es un “derecho” de los presos al que no renunciará. A lo que no se acogerá es a medidas de reinserción porque está convencido de que no ha cometido ningún delito y porque defiende que las penas deben cumplirse íntegramente, lo que no implica que reconozca su “legitimidad”. - E. P.