gasteiz - Apenas 24 horas después de que finalizara la sesión de investidura que certificó el regreso del PP de Pablo Casado a la táctica de la crispación que hundió al partido en las elecciones de abril, ayer el presidente de los populares vascos, Alfonso Alonso, hizo un llamamiento a la moderación sin desautorizar al líder conservador pero desmarcándose de su estrategia. Como él mismo recordó, este es año electoral en Euskadi y en ese contexto se enmarca un mensaje dirigido a sus potenciales votantes, que subraya la peculiaridad del PP de la CAV frente a una dirección de Génova que regresa al fondo y las formas de la portavoz del partido en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo.

"En España hay partidos que buscan los extremos y el Partido Popular tiene que ser el partido de la tercera España", señaló Alonso, quien considera que aunque Casado debe "ser duro en la denuncia, hay que ofrecer una alternativa". A su juicio, el líder del PP "ha hecho lo que tenía que hacer" en la sesión de investidura, pero "la misión es recuperar un partido para la concordia, no para la bronca, porque los que chillan nos ganan a chillidos, y nosotros tenemos que ganar en sensatez".

Frente a las formaciones "vociferantes", insistía, el PP debe "ser garantía de que no se van a quebrantar los marcos de convivencia en España y en el País Vasco", y en lo tocante a Euskadi recuperaba su apuesta del año pasado, "agrupar a los constitucionalistas". Alonso quiere atraer a sus papeletas a los votantes de Ciudadanos tras la debacle naranja del 10 de noviembre, una cita en la que sin embargo el PP vasco se vio perjudicado por la división del voto de derechas.

"Tenemos que buscar el encuentro en una plataforma útil para la defensa" del constitucionalismo, algo, dijo, "más importante que el PP". No quiso, sin embargo, abogar de nuevo por la fórmula concreta de Euskadi Suma que impulsó hace meses porque "no hay que poner nombres a las cosas hasta que no ocurren".

El posicionamiento de Alonso se produce después del endurecimiento del discurso de Casado que parecía haber quedado atrás después de las elecciones del 28 de abril, y que en su día generó una agria disputa pública entre el PP de la CAV y Álvarez de Toledo.

En septiembre los de Alonso convocaron una convención para reafirmarse en sus postulados y consiguieron el aval, con presencia incluida, de Pablo Casado. Sin embargo, una vez pasado el 10 de noviembre, el presidente del PP se ha volcado en una oposición beligerante a la coalición entre PSOE y Podemos y busca así el desgaste de Pedro Sánchez con la tranquilidad de no tener ningún examen a la vista.

elecciones autonómicas Sí lo tiene Alonso en las autonómicas, en las que también pugnará por arrebatar sufragios al PNV, para el PP vasco su rival natural en Euskadi. En ese sentido, ayer atacaba a los nacionalistas por haber apoyado a Pedro Sánchez en su investidura, en un acuerdo "malo para los vascos y con recetas económicas que han acreditado su fracaso", a pesar de que en su día, señaló, avaló "recetas distintas", en referencia a los apoyos del PNV en el Congreso al Gobierno de Mariano Rajoy.

Según dijo el presidente de los populares vascos, "para el PNV la economía y el empleo no son la prioridad, sino su agenda vasca, su agenda nacionalista". Alonso criticó además el "apoyo tácito" de EH Bildu a la investidura, lo que demuestra que "ya no hay líneas rojas" y que "los principios son variables".