donostia - Mientras que a centenares de kilómetros ERC decidía su futura hoja de ruta, Carmen Calvo lanzó ayer un guiño a los republicanos desde Córdoba. La vicepresidenta en funciones, de gran influencia en el Ejecutivo de Pedro Sánchez, animó a la formación soberanista a encontrar una salida al laberinto político en el que se han convertido la situación catalana y la investidura de Sánchez, dos procesos aún más enrarecidos si cabe esta última semana tras la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre Oriol Junqueras y la inhabilitación del president Quim Torra. Calvo aseguró que "entre diferentes tenemos que encontrar una salida para Catalunya", lo que por efecto rebote podría acercar al presidente en funciones a La Moncloa.

El PSOE conoce "perfectamente cuáles son los postulados del independentismo y ellos conocen cuáles son los postulados del socialismo", que son "muy contrarios a eso", en referencia a la aspiración de ERC de conseguir un referéndum de autodeterminación, sentenció Calvo sobre el proceso negociador abierto entre ambas partes para que los soberanistas catalanes ofrezcan su abstención de cara a que Sánchez sea nombrado presidente. No obstante, los socialistas parecen ver la botella medio llena. O, al menos, consideran que la investidura no estaría tan lejana en el tiempo. Sin embargo, la vicepresidenta emplazó a "ir lo más ágilmente posible" en las negociaciones, para así poder abrir una "nueva etapa", con el objetivo de "devolver la política a la política y afrontar la situación de Catalunya" con principios democráticos. "Cuanto antes tengamos una investidura, pues más rápido iremos para seguir tomando muchas decisiones, que tienen que ver con el día a día de los problemas de este país pero que tienen que ver también con el futuro de Catalunya", remató la socialista.

Herencia envenenada Calvo sostuvo que el PSOE está gestionando una herencia envenenada legada por el PP de Mariano Rajoy, sobre todo en cuanto a la gestión de la política territorial y, más específicamente respecto a Catalunya. Unos populares cuyos dirigentes, "durante muchos años, abandonaron literalmente las vías de la política para que Catalunya cogiera la deriva que finalmente tomó, para que la política estuviera en las sentencias". Y para concluir esa etapa "que hemos heredado, de los desastres del PP, nosotros, como socialistas, no entendemos otra vía para la salida de la situación que sentarnos a hablar, a acordar, en los marcos de los principios democráticos y del Estado de Derecho". Ese argumentario también fue utilizado el pasado viernes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, por la portavoz Isabel Celaá, quien no dudó en abundar en que los socialistas son quienes están pagando los platos rotos por las políticas del PP, que llevaron el procés por el camino de la judicialización dejando de lado las negociaciones políticas.

La vicepresidenta, no obstante, se mostró esperanzada en hallar un entendimiento. Y detalló que esperan alcanzar un acuerdo antes de que comience 2020. "Es preciso acabar el año con la investidura ya hecha, porque eso es algo que se merecen todos los ciudadanos de este país, incluidos los catalanes. Como españoles, se merecen que el Gobierno empiece a trabajar muy pronto, que nuestro candidato sea investido muy pronto y que empecemos a tomar decisiones muy pronto, porque esta situación urge", apostilló.