Un tribunal de Alemania ha condenado este martes a cinco años de cárcel a un hombre de 101 años por colaboración en el asesinato de 3.518 presos en el campo de concentración nazi de Sachsenhausen, cerca de Berlín, durante la Segunda Guerra Mundial.

El hombre, cuya identidad no ha trascendido, ha negado en todo momento que fuera un guardia de seguridad de las SS en el campamento, en el marco de un juicio que se ha celebrado en la ciudad de Brandeburgo. La Fiscalía ha presentado documentos oficiales nazis con el nombre del acusado y su fecha y lugar de nacimiento, entre otras pruebas.

Según Udo Lechtermann, el juez que preside la sala, el hombre, guardia del campo de concentración entre 1942 y 1945, "apoyó conscientemente el exterminio masivo" en el desempeño de su cargo.

La Fiscalía había pedido para el acusado cinco años de prisión, mientras el letrado Thomas Walther, en representación de la parte civil, abogó por una pena de cárcel de varios años, no inferior a cinco.

Otros dos representantes de la parte civil habían exigido un veredicto de culpabilidad, sin nombrar una pena concreta.

El abogado defensor Stefan Waterkamp exigió la absolución del acusado y se remitió a la jurisprudencia del Tribunal Supremo al sostener que el mero hecho de haber trabajado como guardia en un campo de concentración no es motivo suficiente para una condena.

Agregó, además, que no hay pruebas de actos concretos sobre la complicidad de su cliente.

La fiscalía también se remitió a la jurisprudencia del Tribunal Supremo, según la cual los actos concretos no tienen que ser probados; basta con el "efecto promotor" que se deriva en general del desempeño como guardia.

El acusado negó hasta el final ante la Audiencia Provincial de Neuruppin que hubiera sido guardia en Sachsenhausen, declaró que durante esos años trabajó como jornalero agrícola en Mecklemburgo-Antepomerania y que desconocía qué hechos se le imputaban, con los que dijo no tener nada que ver.

Por razones organizativas, el juicio no se celebró en Neuruppin, sino en Brandeburg an der Havel, donde reside el anciano, y tuvo que ser suspendido varias veces por el estado de salud del acusado. El hombre sólo pudo comparecer durante periodos limitados de unas dos horas y media al día debido a su avanzada edad, tal y como ha recogido la agencia alemana de noticias DPA.

Su abogado ya había anunciado que recurriría la sentencia en caso de una condena a prisión.

Más de 200.000 personas fueron encarceladas en este campo de concentración, situado cerca de Berlín, entre el verano de 1936, cuando fue construido, y el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945.

Entre los detenidos en Sachsenhausen estuvieron opositores políticos a los nazis y grupos perseguidos como los judíos, los romaníes y los sinti. Así, decenas de miles de personas murieron de hambre, enfermedades, trabajo forzosos, experimentos médicos y malos tratos, en el marco de un plan sistemático de exterminio.