- Llevar a los mercados los millones de toneladas de cereales bloqueados en los puertos de Ucrania por la invasión rusa sería posible si a Moscú se le dan facilidades para exportar sus propios alimentos y se le suavizan las sanciones, afirmaron ayer Rusia y Turquía. Esas serían algunas de las claves de un "mecanismo" para mover ese alimento y aliviar la crisis de abastecimiento que sufren ya países de África y Asia, al que se refirieron ayer los ministros de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y Turquía, Mevlüt Çavusoglu, tras reunirse en la capital turca.

Naciones Unidas, Moscú, Kiev y Ankara deberían consensuar las condiciones tanto para garantizar la seguridad de los buques que transporten cereal ucraniano como para facilitar la logística a los barcos que lleven productos agrícolas rusos, anunciaron los dos ministros en una rueda de prensa conjunta.

Ucrania mantiene un cordón de minas antibuque ante sus puertos del mar Negro para evitar desembarcos navales y pide garantías de que Rusia no atacará en este flanco.

"El presidente Putin (Rusia) ya dijo que, en caso de que Ucrania acceda a desminar los puertos y dejar salir los barcos, nosotros no aprovecharemos esta situación en el marco de la operación militar especial que está en marcha", señaló Lavrov usando el eufemismo oficial con el que se designa la agresión a Ucrania.

Reprochó, en cambio, al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, haber sugerido que los países europeos deberían mandarle armas antibuques para poder proteger las rutas marítimas. "Por nuestra parte no hay ningún impedimento. Si las autoridades de Kiev han madurado lo suficiente para hacerlo, estaremos listos para colaborar", afirmó Lavrov.

Çavusoglu, por su parte, opinó que cualquier acuerdo debería facilitar también a Rusia retomar sus exportaciones agrícolas, complicadas ahora por las sanciones europeas a su sistema bancario y el cierre de los puertos a la flota mercante rusa.

"A cambio de permitir la llegada de cereales y aceite de girasol de Ucrania a los mercados internacionales, es totalmente legítimo que haya que quitar los obstáculos a las exportaciones de Rusia", aseguró el ministro turco.

"No basta con decir que productos rusos como cereales y abono no están incluidos en las sanciones. Hay que dar también pasos para permitir que los buques que transporten estos productos puedan atracar en puertos y recibir servicios logísticos, así como resolver asuntos de pago bancario", detalló Çavusoglu.

Agregó que el plan debería garantizar que los buques que carguen trigo ucraniano "no lleven armas cuando regresen a Ucrania" y subrayó que Turquía podría "aplicar el plan internacional" cuando se consensúe.

Ankara está dispuesta a proceder al desminado de puertos como Odesa y de escoltar a buques ucranianos a través del mar Negro, según informó la prensa turca.

Turquía controla el Estrecho de los Dardanelos y el Bósforo, la entrada al mar Mediterráneo desde el mar Negro, donde tienen costa también Rusia y Ucrania.

Çavusoglu insistió ayer en que la crisis alimentaria causada por la guerra "es muy grave", dado que "la Federación Rusa y Ucrania juntos producen un tercio del cereal del mundo".

En este contexto, los países del área del Mediterráneo pidieron ayer desde Roma desbloquear el cereal ucraniano, retenido por la invasión rusa, y evitar una catástrofe alimentaria en los países que dependen de ese comercio, sobre todo en África y Oriente Medio.

Los ministros competentes en materia de alimentación de 24 países mediterráneos participaron en remoto en el I Encuentro Ministerial sobre la Crisis Alimentaria organizado por Italia y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Al término del evento a puerta cerrada, su anfitrión, el ministro de Exteriores italiano, Luigi Di Maio, exigió a Rusia la liberación del grano ucraniano que se marchita en los puertos de ese país a causa de la invasión, desencadenada el pasado 24 de febrero. "Las próximas semanas serán cruciales. Lo quiero decir claramente: de Rusia esperamos señales claras y concretas, porque bloquear la exportación del grano supone secuestrar y condenar a muerte a millones de niños, mujeres y hombres", dijo en una rueda de prensa el ministro de Exteriores italiano, Luigi Di Maio.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acusó ayer al Gobierno de Vladimir Putin de utilizar los alimentos como parte de su "arsenal de terror" al bombardear las producciones de grano en Ucrania e impedir sus exportaciones, con el objetivo de generar una grave crisis alimentaria a escala global.

"Se trata de un asedio frío, insensible y calculado por parte de Putin sobre los países y gentes más vulnerables en el mundo. Los alimentos se han convertido en parte del arsenal de terror del Kremlin", denunció Von der Leyen en un debate ante el pleno del Parlamento Europeo, que respaldó sus palabras con aplausos.

La jefa del Ejecutivo comunitario evocó una "colisión de crisis" -en alusión a otras cíclicas o estructurales, incluido el cambio climático- que, a su juicio, se verán "agravados de manera masiva y deliberada por las acciones de Putin", que mantiene bloqueados los puertos ucranianos y ha dirigido ataques contra los almacenes de grano en el país.

De este modo, la política alemana insistió en denunciar que Moscú "usa el hambre como arma" y advirtió de que las sanciones impuestas hasta ahora por la Unión Europea en respuesta a la guerra han sido diseñadas "con cuidado para evitar un impacto negativo" en la producción alimentaria.

"Nuestras sanciones no afectan a los productos alimentarios básicos. No afectan al comercio de grano ni de otros alimentos entre Rusia y terceros países y el embargo en los puertos prevé exenciones específicas para los bienes agrícolas", remachó Von der Leyen, para señalar la "desinformación" del Kremlin y dejar claro que la crisis alimentaria "está avivada por la guerra de agresión de Putin".

Según manifestó Von der Leyen, sólo este año cerca de 275 millones de personas estarán en riesgo de inseguridad alimentaria, en especial en el África subsahariana, y recordó que el Banco Mundial ha estimado que unos 10 millones de personas se ven empujadas a la extrema pobreza "por cada punto porcentual que aumentan los precios de los alimentos". En este contexto, Von der Leyen reclamó una respuesta "justa y clara" por parte de la Unión Europea en distintas áreas, empezando por relajar las restricciones a las exportaciones para asegurar que el comercio internacional se mantiene, incluido por "corredores solidarios", y también por tratar de desbloquear el comercio por el Mar Negro, ruta de salida obligada para las producciones desde Ucrania y cuya solución se explora desde Naciones Unidas.

"Aseguramos que si Ucrania retira las minas y permite la salida de barcos no utilizaremos esto en nuestro interés"

Ministro ruso de Exteriores

"Es algo calculado por Putin; los alimentos ?se han convertido en parte del arsenal de terror del Kremlin"

Presidenta de la CE