- Pocas horas después de que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, invocase la Ley de Emergencias para poner final al caos de las protestas, los manifestantes que ocupan desde el 29 de enero el centro de Ottawa respondieron con una desafiante fiesta ante el Parlamento. Con las luces de sus camiones iluminando el asfalto de la calle Wellington, las bocinas de sus máquinas creaban una cacofonía en la noche de Ottawa mientras unas decenas de personas desafiaban al intenso invierno canadiense, y de paso a su primer ministro, bailando al ritmo de la música improvisada. “No nos vamos” aseguraba un manifestante con aplomo arropado en una bandera canadiense.

En otros tramos de la calle Wellington, las escenas eras similares. Grupos de manifestantes en torno a fogatas para calentarse mientras otros cocinaban en barbacoas con las que alimentar la tropa mientras en el fondo sonaba la música.

Para los manifestantes, nada ha cambiado a pesar de que en la tarde del lunes, Trudeau hizo historia en el país al invocar la Ley de Emergencias, una serie de poderes extraordinarios sólo pensados para momentos de crisis extrema.

Trudeau, acompañado por la plana mayor de su Gobierno, la viceprimera ministra Chrystia Freeland, el ministro de Justicia, David Lametti, y el ministro de Seguridad Pública, Marco Mendicino, anunció la noche del lunes de forma solemne que se veía forzado a usar los poderes de emergencia ante las dificultades de las autoridades para hacer cumplir la ley.

Trudeau es el primer gobernante en invocar la ley desde que fue instaurada en 1988.

Y la Ley de Medidas de Guerra, que precedió a la actual normativa, sólo fue utilizada en tres ocasiones. Las dos primeras veces en la Primera y la Segunda Guerra Mundial. La última vez por su padre, el entonces primer ministro Pierre Trudeau, en 1970 para responder a una oleada de ataques terroristas del Frente de Liberación de Quebec (FLQ). “No podemos permitir y no permitiremos que las actividades ilegales y peligrosas continúen”, declaró Trudeau en una intervención televisada a toda la nación.

Trudeau aseguró que la invocación de la Ley de Emergencia no supone el uso de las fuerzas armadas, como hizo su padre en 1970, ni añadirá impedimentos al derecho de manifestación u otros derechos básicos.

El diputado provincial Randy Hillier, uno de los escasos políticos que respalda los bloqueos y protestas ilegales, declaró en Twitter que ahora Trudeau puede “unilateralmente” hacerse con las cuentas bancarias y las posesiones de las personas que están “en desacuerdo” con el primer ministro. “El Gobierno está por encima de nuestros tribunales y el imperio de la ley. Protéjase de este tirano”, añadió. Y el controvertido autor Jordan B. Peterson respondió a la declaración de la Ley de Emergencia con un tuit: “Lo que has hecho, Justin Trudeau, es de traidor”

El bloqueo de paso fronterizo de Coutts, una importante vía por la que circulan hasta 1.200 camiones al día que transportan ganado y productos agrícolas entre Canadá y Estados Unidos, se inició el 29 de enero en solidaridad con el llamado “Convoy de la libertad” que ocupa Ottawa.

Armas cortas y largas. El bloqueo de Coutts se inició el 29 de enero en solidaridad con el “Convoy de la libertad” de Ottawa. Un reducido grupos de camioneros y agricultores han impedido en Coutts el tráfico de vehículos ante la pasividad policial. Pero el lunes, la Policía dijo que se había visto obligada a arrestar a las once personas porque estaban en posesión de un considerable armamento y dispuestos a usarlo para mantener el bloqueo. El armamento exhibido por la Policía es suficiente para equipar un pequeño ejército: once armas largas, pistolas, chalecos antibalas, cargadores de alta capacidad y grandes cantidades de munición.