- Venezuela vive hoy unas elecciones locales y regionales que servirán para tomar el pulso político de un país en el que la polarización ha ido dejando paso a la desidia y que supondrá la primera vez, desde 2017, en que la oposición llama a sus simpatizantes a acudir a las urnas.

Tras hacer varias llamadas a la abstención, el principal reto de los detractores del Gobierno chavista de Nicolás Maduro es el de seducir a una ciudadanía mayoritariamente cansada y que, según las encuestas, quiere un cambio en el país.

No obstante, las numerosas llamadas a no participar en los años previos han hecho mella en los posibles simpatizantes de la oposición, que desconfían ahora de acudir a las urnas al considerar que las condiciones no son óptimas.

A ello se suma el mayor mal de los antichavistas: las eternas peleas por salir en la foto que han vuelto a la primera línea en estos comicios.

Las disputas llegaron, incluso, al enfrentamiento físico entre candidatos en el sureño estado Bolívar (fronterizo con Brasil), donde el exdiputado opositor Américo de Grazia fue abofeteado por el también aspirante antichavista Raúl Yusef frente a la jefa de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE), Isabel Santos.

Ese cóctel hace presumir hoy una alta abstención entre los potenciales votantes de la oposición, con lo que el número de participantes en las elecciones será uno de los datos clave.

A esa abstención se suma la migración que la ONU estima en cerca de 6 millones de venezolanos que han abandonado su país en los últimos años, la mayoría de ellos mayores de edad. El número supone, según distintas estimaciones, cerca de un 25% del censo electoral que tampoco acudirá hoy a las urnas.