- "Cambios profundos" y "más seguridad" son algunas de las razones que repiten los chilenos que hoy acudirán a las urnas para elegir al sucesor del actual presidente, el conservador Sebastián Piñera, en unas elecciones consideradas las más inciertas y cruciales de las últimas décadas.

Con un alto índice de indecisos y poca confianza en las encuestas, los dos candidatos que tienen más posibilidades de pasar al balotaje son el izquierdista Gabriel Boric, un exlíder estudiantil de 35 años que quiere ampliar el papel del Estado hacia un modelo de bienestar parecido al de Europa; y José Antonio Kast, un ultraderechista que busca reducir el papel del Estado y prohibir el matrimonio gay y todas las formas de aborto.

También tienen opciones de ir a la segunda vuelta el 19 de diciembre cartas más moderadas, como la democristiana Yasna Povoste y el oficialista Sebastián Sichel. "Quiero que mi país recupere la paz que había hace dos años. Todos los países necesitan cambios, pero hay que hacerlos de manera pacífica", dijo Mauricio Lagos, para quien el llamado estallido social fue "demasiado violento".

José Vargas, un trabajador del aeropuerto capitalino, piensa parecido: "Voy a votar porque quiero un cambio, pero con seguridad, quiero poder salir a la calle tranquilo. El país está patas arriba", agregó.

Otra opinión tenía la auxiliar paramédico María Eugenia Martínez, quien defendía todas las marchas -incluidas las que terminan con enfrentamientos con los agentes, saqueos y barricadas- porque este régimen está demasiado desgastado y desfasado", indicaba.

Chile, en otro tiempo uno de los países más estables y con mayor prosperidad económica de la región, vivió a finales de 2019 la ola de protestas más graves desde el fin de la dictadura militar (1973-1990), con una treintena de muertos, miles de heridos y señalamientos a las fuerzas de seguridad por presuntos abusos, y desde entonces intenta encauzar su camino.

Las heridas de las marchas -masivas y pacíficas al inicio, aunque con episodios de grave violencia, y minoritarias y violentas hasta hoy- siguen abiertas, pese a que ese clamor popular se canalizó en un proceso constituyente que culminará con la votación de la nueva Carta Magna en 2022.

Boric es el aspirante a La Moneda que más canaliza los cambios demandados en las protestas y Kast, por su parte, el que ha capitalizado el rechazo a la violencia, ofreciendo mano dura contra el desorden.

Desde que el voto dejó de ser obligatorio en 2012, solo el plebiscito de 2020 para cambiar la Constitución ha superado el 50% de la participación (50,9%), una marca que podría batirse en estos comicios, de acuerdo con los expertos.

Para Kenneth Bunker, director de la encuestadora Tresquintos, una mayor afluencia a las urnas podría beneficiar a Boric, porque eso significa que los jóvenes que normalmente se quedan en casa se han animado a participar y el diputado izquierdista es la opción favorita en ese grupo.