- México vivió ayer una intensa jornada de verano olímpico con una inédita y a la vez polémica consulta popular sobre si deben enjuiciar a los expresidentes del país, que llega tras una larguísima carrera de fondo de muchos años en los que la ciudadanía ha exigido acabar de una vez con la impunidad.

Muchos mexicanos madrugaron ayer para ver el bronce de la mexicana Aremi Fuentes en halterofilia en Tokio 2020 y pocos para acudir al colegio electoral ubicado en la conocida plaza de la Cibeles, en la colonia Roma, un céntrico barrio de clase media. “Creo que los expresidentes tienen que dar cuentas de la gestión, buena o mala, que hayan hecho. Yo creo que es visiblemente muy mala la que hicieron y los efectos los estamos viviendo ahora”, explicó Jaime Maldonado, de 56 años, uno de los vecinos que fue a votar.

Este ingeniero químico culpó a los exmandatarios de la expansión de “la violencia y los cárteles”, y celebró que por primera vez en la historia se convoque a los mexicanos en una consulta popular. “Me parece un ejercicio muy interesante y muy importante. La situación del país es fruto de muchísimos años de abandono de las clases en el poder”, explicó.

La consulta fue una promesa del presidente, López Obrador, quien llegó al poder en 2018 con el objetivo de erradicar la corrupción y de promover una democracia más participativa.

Los precedentes no son muy halagüeños, ya que las elecciones intermedias del pasado junio tuvieron una participación del 53%, algo que fue récord. Ese 6 de junio, la fila de espera era larga en el colegio de la plaza de la Cibeles, mientras que este domingo los vecinos llegaban a cuentagotas y todos para votar por el “sí”.

Durante los últimos días, el oficialista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) ha acusado al Instituto Nacional Electoral, encargado de difundir y organizar la consulta, de querer boicotearla. Mientras que el organismo ha respondido que habría querido poner más mesas electorales -hay 57.000 previstas respecto a las 163.000 de los comicios intermedios- si el Congreso le hubiera dado mayor presupuesto.

Sea cual sea el resultado y la participación, lo más probable es que López Obrador se cuelgue hoy una medalla de oro a sí mismo y repruebe con una amonestación a la autoridad electoral.