- Al mismo tiempo que Moscú pone en valor la posibilidad de entablar conversaciones con la UE, aún colea el incidente entre la marina rusa y un navío del Reino Unido. Así, el Kremlin calificó ayer de “provocación deliberada y preparada” la “incursión” del destructor británico HMS Defender en aguas próximas a la anexionada península de Crimea en el Mar NegroHMS Defender, contra el que la flota de la Armada rusa hizo el pasado miércoles varios disparos de advertencia. “Creemos que el destructor británico ha incurrido en una provocación. Es más, lamentamos que fuese una provocación deliberada y preparada”, manifestó ayer el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria.

El representante del Kremlin aseguró que en caso de que las “provocaciones inaceptables” por parte de Londres continúen y “lleguen muy lejos”, no se puede descartar ninguna “opción” en lo que respecta al derecho de Rusia a defender su frontera estatal.

Peskov comentó así unas declaraciones del viceministro de Exteriores ruso Serguéi Riabkov, quien dijo ayer que Rusia apela al sentido común pero también puede usar la fuerza para defender su territorio. “Nosotros apelamos al sentido común y al respeto del derecho internacional, pero si eso no ayuda, podemos disparar”, aseguró el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov a la agencia Interfax.

“Los guardias de fronteras rusos y sus fuerzas armadas continuarán actuando de forma ‘firme’ ante semejantes provocaciones, siguiendo a rajatabla el derecho internacional”, apostilló Peskov.

Al mismo tiempo, el Kremlin negó que por el momento existan planes de incluir al Reino Unido en la lista de países “inamistosos” en la que ya se encuentran EEUU y la República Checa.

La Flota del Mar Negro de la Armada Rusa hizo disparos de advertencia contra el destructor británico HMS Defender al sur del cabo Fiolent, en Crimea, después de que la tripulación no reaccionase a los llamamientos de la parte rusa a retirarse.

Londres trató de minimizar el incidente al señalar que el buque navegaba “un paso inocente a través de aguas territoriales ucranianas, de acuerdo con el derecho internacional” y no escuchó ninguna salva de advertencia de la parte rusa.

El Ministerio de Defensa informó a su vez de que el destructor, al que la Flota del Mar Negro venía siguiendo desde el 14 de junio, “fue advertido con antelación sobre el posible uso de armas en caso de que violase la frontera estatal de Rusia”.

Mientras Rusia considera suya la franja de mar que rodea a Crimea, cuya anexión en 2014 no ha sido reconocida a nivel internacional, el Reino Unido estima que esta continúa perteneciendo a Ucrania.

En este contexto, para Ucrania el incidente con el destructor británico es una prueba de que el Mar Negro se ha convertido en un lugar “peligroso” tras la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014. “Hay varias versiones sobre lo que ocurrió entre la Armada rusa y el destructor británico, pero fuese lo que fuese, la decisión de escalada proviene de Rusia”, opinó el jefe de la diplomacia ucraniana, Dmitro Kuleba. A su juicio, eso “demuestra una vez más que el Mar Negro ya se ha convertido en un lugar peligroso tras la anexión ilegal de Crimea”.

Además, Ucrania mostró su preocupación por la posibilidad de que los líderes europepos encaucen las relaciones con Rusia, que atraviesan dificultades desde que Moscú se anexionó Crimea. “La iniciativa para retomar las cumbres con Rusia sin ver ningún progreso por la parte rusa supondrá una desviación peligrosa de la política de sanciones de la Unión Europea hacia Moscú”, señaló Kuleba, durante una reunión del alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, con los ministros de Exteriores de Ucrania, Georgia y Moldavia.

Kuleba consideró “equivocada” la posibilidad de que Bruselas y Moscú retomen sus encuentros de alto nivel porque “la decisión de congelar las cumbres en 2014, desafortunadamente no ha demostrado ninguna voluntad (de Rusia) de cambiar su política hacia Ucrania y la UE”.

Y en este sentido, aseguró que puede “desalentar a Rusia de implementar los acuerdos de Minsk”, que buscan poner fin a la guerra en el este de Ucrania entre Kiev y los separatistas prorrusos.