- El papa Francisco promulgó ayer nuevas medidas sobre la contratación del personal de administración y de las áreas financieras del Vaticano para evitar casos de corrupción, después de los últimos escándalos. Con este nuevo documento se introducen nuevas reglas para evitar que se manifiesten “conflictos de interés, los métodos de clientelismo y la corrupción en general”, aseguró Francisco.

Con estas reglas, quienes prestan su obra en los dicasterios (ministerios) del gobierno vaticano, en las instituciones vinculadas a la Santa Sede y en las administraciones de la gobernación “tienen la responsabilidad particular de rendir la fidelidad de que habla el Evangelio, actuando según el principio de transparencia y en ausencia de cualquier conflicto de interés”, añadió el pontífice.

Todos tendrán que firmar una declaración en el momento de la contratación y después cada dos años, en la que afirmen que “no tienen condenas firmes, ni en el Vaticano ni en otros Estados, y que no se beneficiaron de indultos, amnistías o gracias, y de no haber sido absueltos por prescripción”. Tampoco podrán “estar sujetos a procedimientos penales pendientes o a investigaciones por participación en una organización criminal, corrupción, fraude, terrorismo, blanqueo de capitales de actividades criminales, explotación de menores, tráfico o explotación de seres humanos y evasión fiscal”. Deberán garantizar “que todos los bienes, muebles e inmuebles, de su propiedad o que solo tengan en posesión, así como las remuneraciones de cualquier tipo que reciban, proceden de actividades lícitas”.

La Secretaría para la Economía “podrá realizar comprobaciones sobre la veracidad de las declaraciones realizadas en papel por los declarantes, y la Santa Sede, en caso de declaraciones falsas, podrá despedir al empleado y reclamar los daños y perjuicios sufridos”.

Por último, se prohíbe a todos los empleados de la Curia Romana, del Estado de la Ciudad del Vaticano y de los organismos afines aceptar “regalos u otros beneficios”.