- La ministra principal norirlandesa, la unionista Arlene Foster, anunció ayer que dimitirá en julio como jefa del gobierno de Belfast y, antes, como líder del Partido Democrático Unionista (DUP) debido a una revuelta interna de descontentos por su gestión del brexit.

Seis años estuvo Foster al frente del DUP, cuya ala más ultraconservadora y religiosa también le censuraron las concesiones que hizo respecto a la ley del aborto o en materia de derechos de grupos minoritarios, como la comunidad LGTBI o los hablantes de la lengua gaélica, vinculada a los católicos-nacionalistas.

En general, un amplio sector del DUP, mayoritario en la provincia británica, también comparte el sentir de gran parte de la comunidad unionista-protestante, que cree que su identidad cultural y fuerza política están en peligro, más aún ahora que el brexit creo nuevas tensiones.

“Es importante dar espacio a los responsables del partido para que en las próximas semanas preparen un proceso de elección del líder”, declaró Foster.

Foster, quien tomó las riendas del DUP en 2015 y del Ejecutivo autónomo en 2016, aseguró que servir al pueblo de Irlanda del Norte fue el “mayor privilegio” de su vida.

Su adjunta en el Gobierno de poder compartido y líder del Sinn Féin, Michelle O’Neill, dijo que “le desea lo mejor” y destacó el “trabajo conjunto” que realizó en los últimos meses para hacer frente a la pandemia de coronavirus.

Asimismo, O’Neill confió en el que el relevo de Foster atenderá al “deseo de políticas progresistas” expresado por la mayoría de la sociedad.

“Desde el Ejecutivo y el Parlamento, trabajaremos con todos los partidos para avanzar en la agenda de reforma social, cambio político y prosperidad económica, al tiempo que nos opondremos enérgicamente a las políticas dañinas o regresivas del pasado”, afirmó la dirigente del Sinn Féin, antiguo Ejército Republicano Irlandés (IRA).

El DUP, que votó a favor de la salida del Reino Unido de la UE en el referéndum de 2016, lanzó un proceso para obligar a Johnson a renegociar con Bruselas el acuerdo comercial firmado el pasado diciembre y eliminar el controvertido protocolo.