e registraron 14.414 homicidios en 2018 y 19.141 en 2019 en los Estados Unidos. Aún no hay datos oficiales, pero 2020 ha sido uno de los años más violentos de la historia reciente de la república. Según el Washington Post, los homicidios aumentaron un 30% en 2020, lo que significa aproximadamente 6.000 más que en 2019, lo que daría un total de casi 25.000 muertes violentas. Los asesinatos por arma de fuego han aumentado especialmente, con más de 19.000 personas muertas en tiroteos en 2020. Es la cifra más alta de los últimos 20 años, según Gun Violence Archive. El foro de investigación ejecutiva de la policía encontró que 129 departamentos registraron un aumento del 39% de los homicidios relacionados con armas de fuego.

Los tiroteos (mass shooting) se definen como eventos en los que cuatro o más personas son heridas o mueren a causa de disparos por arma de fuego en lugares públicos: han aumentado hasta 600 en 2020, el récord de los últimos cinco años, con un aumento de casi el 50% sobre 2019.

En 2020, el número de homicidios aumentó en un 50% en más de una docena de grandes ciudades con respecto a 2019. Es el caso de Chicago, donde la tasa de homicidios ascendió en un 55%; en New York un 45% y en Los Ángeles 38%. En algunos casos fue mucho peor: en Milwaukee los homicidios aumentaron de 97 a 189, o un 95%; en Louisville, de 90 a 173, un incremento del 92%. Según el Washington Post, desde Nueva York (con una población de 8,4 millones) hasta Norfolk (con 245.000 habitantes), un total de 1.268 personas más fueron asesinadas en 2020 con respecto a 2019 en las 34 ciudades más grandes del país. Seattle, Memphis, Austin y Phoenix registraron aumentos de más del 40% con respecto a 2019.

A pesar de los cierres y las órdenes de aislamiento, la cantidad de tiroteos con cuatro o más víctimas aumentó en un 50,5% en 2020 y alcanzó el nivel más alto desde que Gun Violence Archive comenzó a realizar estadísticas. En el año marcado por la pandemia, se registraron un total de 3.010 personas heridas o muertas en tiroteos masivos, y una parte desproporcionada de los hechos afectaron a barrios negros.

La situación es aún peor si añadimos el dato de que 989 personas murieron en enfrentamientos con la policía. Los agentes en servicio son responsables de la muerte de casi 1.000 personas al año durante los últimos cinco años. Tan sólo en mayo de 2020, mientras el mundo entero condenaba la muerte de George Floyd, la Policía disparó y mató a otras 110 personas, el mayor pico mensual desde que el Washington Post comenzó a rastrear incidentes de este tipo en 2015. Visto desde la lente del Wall Street Journal, los acuerdos por “mala conducta policial” relacionados con estos incidentes en las veinte ciudades y condados con los departamentos de policía más grandes del país han costado al erario público al menos 2.000 millones de dólares en los últimos cinco años. La ciudad de New York representa algo más de la mitad del total.

En 2020 aumentaron asimismo los casos de violencia por arma de fuego protagonizados por milicias o grupos paramilitares de extrema derecha: Un total de 378 casos.

No es un problema puntual de 2020… En enero de 2021 hubo 35 tiroteos masivos que resultaron en 29 personas muertas y 107 heridas; en febrero, 41 tiroteos con un saldo de 49 personas muertas y 145 heridas; en marzo, 34 incidentes, 52 homicidios, 126 heridos. Un total de 110 tiroteos, 130 muertos y 378 heridos en lo que va de año.

Según una encuesta del New York Times, el 61% de los ciudadanos opina que la delincuencia es uno de los problemas más graves de la república. Veinte estados y el Distrito de Columbia han promulgado medidas encaminadas a restringir el acceso a armas de fuego de personas con antecedentes. El Partido Demócrata está haciendo un gran esfuerzo por establecer un sistema más eficaz de control de armas, ya que desde este partido creen que un más efectivo control en la comercialización de las armas de fuego equivale a menos tiroteos.

Biden instó al Senado a corroborar los proyectos de ley que restringen el acceso a las armas pesadas como los rifles de asalto y ametralladoras. “Esto no es ni debe ser un tema partidista, es un tema estadounidense”, dijo. “Tenemos que actuar”. Algunos le han secundado, como la senadora demócrata de California Dianne Feinstein, que solicitó la puesta en vigor de la ley sobre prohibición de la comercialización de armas de asalto que expiró en 2004. El presidente del comité del Senado a cargo de estas labores, el demócrata de Illinois Dick Durbin, expresó que “existe un derecho constitucional de portar armas” pero que no existe un derecho constitucional de matar”.

Frente a éstas y otras muchas razones y datos estadísticos, en 2020 se ha registrado un aumento del 40% en la venta de armas de fuego, todo un año récord en la historia de los Estados Unidos. Pero hay quien no quiere regirse por la lógica proposicional: si el incremento del 40% en el comercio de armas de fuego ha producido un incremento del 39% en crímenes por armas de fuego, la reducción del comercio reducirá proporcionalmente los crímenes por arma de fuego. Un argumento bastante aplastante.

No obstante, según NBC News, la sesión especial para tratar estos temas convocada por el gobernador demócrata de Wisconsin tras el tiroteo de Jacob Blake duró solo 30 segundos. Los legisladores republicanos cerraron la sesión sin abordar el tema y sin permitir el debate. En el Senado la situación es parecida. Ted Cruz, ardiente defensor de la segunda enmienda, se posicionó en contra de regular el mercado de armas tan sólo un día después del tiroteo en Boulder, Colorado. El senador de Texas criticó ásperamente a los demócratas por organizar un “ridículo teatro” al pedir que se apliquen verificaciones de antecedentes penales a los compradores de armas de fuego. Después de que se registraran 13 tiroteos, 29 muertos y 44 heridos en una semana, este cowboy aseguró llanamente que el control de armas no disminuye el crimen sino que lo incrementa.

Según el Austin AmericanStatesman, Cruz declaró que “tras cada tiroteo masivo los demócratas proponen quitarles las armas a los ciudadanos respetuosos de la ley porque ése es su objetivo político… Y cuando se desarma a ciudadanos respetuosos de la ley, es más probable que se conviertan en víctimas”.

Una lógica demasiado estúpida para ser creíble. Entonces, ¿qué hay detrás de estas declaraciones?

La Asociación Nacional del Rifle invirtió más de 7 millones de dólares en las elecciones al Congreso en 2020. En 2021, ha “invertido” 5 millones de dólares en las elecciones al Senado de Georgia en apoyo de los candidatos republicanos. Perdieron en aquella ocasión. Ahora están pagando a otros para que defiendan que “frente a los tiroteos, la mejor arma es estar mejor armado que el homicida, por lo que la solución a la violencia es la proliferación armamentística y el impulso de la segunda enmienda, sin restricciones”. Lamentablemente hay muchos dispuestos a hablar así a cambio de un cheque; peor aún es que haya muchos más dispuestos a creerles.

Hemos descubierto una nueva de entre las más notables leyes de la lógica: la relación entre lo racional y lo irracional se rige por las leyes del mercado. El corolario: todo argumento irracional es válido si se paga el precio adecuado.