- El repentino deterioro de la salud del líder opositor ruso, Alexéi Navalni, que ingresó hace dos semanas en prisión por las denuncias de abusos y torturas, levantó todas las alarmas entre su familia y sus correligionarios, que temen por su vida y exigieron su inmediata liberación.

“Una vez Mijaíl Jodorkovski, que estuvo 10 años en prisión, me dijo que lo importante allí es no enfermar. Nadie te va a curar. Si enfermas gravemente, morirás”, afirmó un allegado del opositor.

Como Navalni estuvo en coma tras ser envenenado el pasado agosto -por orden del Kremlin, según el político y Occidente-, sus aliados no quieren correr riesgos y exigen que sea examinado por especialistas. Los abogados dieron la voz de alarma esta semana, cuando la administración del centro penitenciario les denegó el acceso.

“Considero que el empeoramiento de mi estado de salud es una consecuencia directa de la acción e inacción de los funcionarios de los servicios penitenciarios destinada deliberadamente a negarme la debida asistencia médica y minar mi salud”, afirmó Navalni y denunció que hace un mes que la administración de la cárcel, que comparó con un “campo de concentración”, ignora su petición de ser tratado por un especialista de su confianza de “un agudo dolor en la espalda”.

“Me despierta cada hora y me impiden dormir, es decir, prácticamente me torturan por privación de sueño”, declaró.