- Birmania vive un ambiente de "tensión y terror" debido a la brutalidad de las fuerzas de seguridad que aumenta día a día mientras el número de asesinatos de civiles se multiplica en un país parcialmente sometido a la ley marcial y con las conexiones de Internet móvil bloqueadas.

"Nunca sabes cuándo vas a ser arrestado de manera arbitraria, golpeado, torturado o recibir un disparo. El ambiente es tenso y aterrador", explicó ayer a Efe un joven de 24 años. La escalada de violencia de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes y la población civil sigue creciendo tras más de cinco semanas en las que los birmanos protestan a diario contra el golpe de Estado ejecutado por los militares el pasado 1 de febrero.

La ONU cifró ayer en 150 las personas que han muerto a manos de los uniformados desde el levantamiento militar, aunque reconoció que son datos "conservadores". 2.084 manifestantes permanecen detenidos "arbitrariamente".

Por su parte, la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) habla de un total de 180 muertos y señaló que solo en los dos últimos dos días al menos 94 civiles han fallecido por disparos de la Policía o el Ejército.

"La brutal represión de la junta que comenzó el 9 de febrero se ha intensificado día a día", señala la asociación que denuncia que las fuerzas de seguridad también han matado a "personas corrientes" que no estaban participando en las protestas.

Dos mujeres de unos sesenta años murieron el lunes en Rangún tras recibir disparos de las fuerzas de seguridad, que abrieron fuego en la calle, en una jornada en la que murieron 20 personas y 50 resultaron heridas.

La matanza del lunes llegó después de que policías y soldados acabaran con la vida el domingo de al menos 74 personas, entre ellos una niña de 15 años y otros tres menores, durante el día más sangriento de la brutal actuación de las fuerzas de seguridad. "Siento que salir a la calle ya no es seguro. Mis padres entran en pánico si no vuelvo a casa antes del anochecer", comenta el joven de Rangún que participa en las protestas.

El acoso y el peligro no está disuadiendo a los manifestantes que según este joven birmano tienen la esperanza de poder frenar a los militares: "Nos mantenemos decididos e inquebrantables".

La presencia de soldados en las calles ha aumentado, en muchas casos vestidos de civiles, y también la frecuencia de las redadas nocturnas donde se detienen a centenares de personas mientras el país vive apagones diarios de Internet.

"Ya han pasado un mes y 16 días desde el golpe, pero la situación empeora cada día", comentó otro joven de Rangún que se declara "aterrado" por las presión y la violencia ejercida por los uniformados. Tras la violenta represión del domingo en las afueras de Rangún, la junta militar extendió la ley marcial a seis distritos de la antigua capital por lo que los detenidos en las protestas pueden ser juzgados en tribunales militares. La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR) pidió que "el Ejército pare los asesinatos y las detenciones de manifestantes".

Apagones nocturnos. El país lleva semanas sufriendo estos apagones. Pero desde el lunes fueron bloqueados los datos móviles de los teléfonos.

Periodistas de medios independientes. Informan día a día sobre las protestas. Para poder realizar esta labor han tenido que cruzar de manera ilegal a Tailandia, y así evitar las represiones.

Los desaparecidos no han sido reconocidos por los militares. 37 periodistas se encuentran detenidos. Cinco de ellos han muerto y sus cuerpos mostraban signos de tortura. Se desconoce el número de víctimas a causa de la ley marcial.