Los birmanos volvieron ayer a desafiar con protestas por todo el país la brutal represión de la junta militar que ya he dejado al menos 54 muertos, mientras se celebraron funerales y ceremonias en honor a algunos de los manifestantes fallecidos por disparos de las fuerzas de seguridad. En un ambiente de indignación y rabia los manifestantes volvieron a las calles de varias ciudades del país tras la sangría de la víspera, en la que fallecieron al menos 38 personas, y gritar consignas contra la junta militar y a favor de que liberen a la líder electa Aung San Suu Kyi.