omo otras minorías en los Estados Unidos, la población de origen asiático también ha aumentado significativamente su peso específico en el teatro electoral de la república, pasando de 4,6 millones de votantes en 2000 a 10,3 millones en 2018. Un estudio realizado en mayo de 2020 por el Pew Research Center revela que en las dos últimas décadas el número de votantes de origen asiático ha crecido un 139%. En 2020 este sector de la población representa el 6,7% del total y el voto asiático constituye algo más del 4% del electorado de la federación. En 2000 tan solo representaba el 2%.

Los inmigrantes naturalizados en los últimos años, un grupo que constituye dos tercios del electorado asiático en los Estados Unidos, son el principal impulsor del crecimiento del voto demócrata dentro de este sector poblacional. De 2000 a 2018, el número de inmigrantes asiáticos con derecho al voto se duplicó, pasando de 3,3 millones a 6,9 millones, lo que representa el 64% del crecimiento general del electorado asiático. Éste es un dato importante porque el comportamiento electoral de los recién naturalizados tiene una clara preferencia por el asno azul.

Si bien es una proporción importante, es el grupo más pequeño entre los principales grupos minoritarios del país muy por detrás de la minoría afroamericana y la minoría hispana que representan respectivamente el 13,3% y 12% de la población. Es importante además señalar que, de acuerdo con el censo de los Estados Unidos, se consideran asiáticos a todas las personas procedentes de China, Mongolia Corea y Japón, del sudeste asiático (Myanmar, Laos Tailandia, Camboya, Vietnam, Malasia, Indonesia y Filipinas) y el subcontinente indio (Paquistán, India, Nepal, Bután, Bangladesh y Sri Lanka). En líneas muy generales, población con pliegue epicántico u ojo mongoloide. Quedan excluidos de esta categoría catastral de "asiáticos" los inmigrantes procedentes del Oriente Medio, el Cáucaso, los rusos y otros pueblos de la estepa los cuales, a efectos del censo, se clasifican como "blancos" o procedentes del "Medio Oriente".

Por lo que respecta al origen, la mayoría del voto asiático, un 23%, es de origen chino, un 19% es de origen hindú, y un 18% de origen filipino. Muy por detrás, el 9% son vietnamitas, el 9% coreanos y el 7% japoneses. El resto de los trece grupos suman menos de un 2% cada uno. La minoría asiática es muy diversa, tanto por su lugar de origen como por su lengua pero hay tres elementos que son comunes a esta minoría: 1) la mayoría, un 42% del total, son cristianos y un 26% no profesan ninguna religión, 2) es una población eminentemente urbana, con un 75% del total viviendo en urbes de más de 2,5 millones de personas y, 3) si bien en 1992, más de dos tercios de los votantes de origen asiático apoyaron a George H. W. Bush, a día de hoy constituyen una minoría abrumadoramente azul, con más de un 73% votando por Obama y alrededor de un 65% de los votantes registrados actualmente simpatizantes del Partido Demócrata.

Por lo que respecta a los representantes de origen asiático, entre 1959 y 2020 ha habido nueve senadores de origen asiático, cinco de ellos representantes del estado de Hawaii, dos de California, uno de Illinois y uno de Nevada. Seis de ellos demócratas (tres de origen japonés, dos de origen chino y uno de origen hindú) y tres republicanos (de origen chino, japonés y filipino). Por lo que respecta al congreso, entre 1957 y 2020 ha habido 36 representantes de origen asiático, diez de ellos representantes del estado de Hawaii y trece de California. Un 80% de ellos, 29 en total, han sido demócratas (entre ellos, diez de origen japonés, seis de origen hindú, tres de origen chino, dos de origen taiwanés). Es importante señalar que desde 2011 todos los representantes de origen asiático en ambas cámaras -un total de 17 incluyendo a Kamala Harris- han sido demócratas.

Naturalmente, entre los votantes asiático-americanos hay diferencias en lo referente a la identificación del voto según los grupos de origen.

Por lo que respecta al grupo más numeroso de esta minoría, los votantes de origen chino, un 56% se ha declarado pro-Biden y tan solo un 20% apoya a Trump. Este hecho se deriva de la larga lista de improperios que Trump ha lanzado contra el Gobierno y la población china en los últimos tres años. De hecho, la política de Trump se ha caracterizado en buena medida por sus ataques contra China. Este hecho, unido a que la mayor parte de este sector de la minoría asiática reside en California y otros estados azules, y que la mayor parte reside en zonas urbanas que por definición son mayoritariamente demócratas, explican el voto chino y, en general, el voto asiático. El voto hindú es asimismo mayoritariamente pro-Biden, que cuenta con un apoyo del 65% de los votantes de origen hindú del país. De hecho, la minoría hindú es el grupo más decididamente demócrata dentro de este sector del voto. Lo mismo ocurre con el voto japonés y coreano, que se decanta en un 61% y 57% respectivamente por Biden. En líneas generales, todos estos subgrupos han sido mayoritariamente demócratas en las dos últimas décadas.

Esta tendencia azul del voto asiático se matiza en el caso de los votantes de origen filipino, un 34% de los cuales se muestra partidario de Trump, si bien desde 2016 el voto filipino es cada vez más azul. Pero, fundamentalmente, son los votantes de origen vietnamita el único grupo dentro de la minoría asiática que apoya a Trump, que ha pasado de contar con el apoyo del escasamente el 36% de este colectivo en 2016 a un 48% en 2020, un apoyo doce puntos superior al de Biden que únicamente suma un 36% del total del voto vietnamita. En opinión de Linda Vo, profesora del Departamento de Estudios Asiáticos Americanos de la Universidad de California, Irvine, dos razones explican el apoyo de un sector de las minorías filipina y vietnamita a Trump. De un lado el fantasma de la guerra de Vietnam aún afecta a los votantes originarios de este país que ven al Partido Republicano más fuertemente anticomunista que el Partido Demócrata. Por otro lado, un buen número de vietnamitas y filipinos se identifican como cristianos católicos, lo que hace de este colectivo un grupo más conservador. Obviamente, estos factores afectan sobre todo al voto de mayor edad dentro de estos colectivos, por lo que los jóvenes filipinos y vietnamitas se muestras cada vez más propensos a votar azul.

En líneas generales, el voto asiático ya ha apostado y no va a suponer una sorpresa el próximo martes 3 de noviembre. Los estados donde más peso tiene su voto, California, Hawaii, Illinois y New York, serán más azules pero en estados decisivos como Nevada, Texas, North Carolina y Georgia, reforzarán al asno frente al elefante. Y lo hacen por buenas razones. De acuerdo a Dhrumil Mehta para FiveThirtyEight, el 81% de los votantes de origen asiático apoyan un control de armas más estricto, el 77% apoya la legislación para contener los efectos del cambio climático, el 70% apoya la acción afirmativa en materia de educación superior, el 63% apoya el credo de Black Lives Matter, el 59% apoya la integración de los inmigrantes indocumentados, el 59% apoya la reducción de fondos para la aplicación de la ley y el 55% apoya la expansión del acceso al seguro médico para todos los inmigrantes, independientemente de su estatus legal.