- El Gobierno afgano culpó ayer a los talibanes de mantener sus vínculos y brindar protección a Al Qaeda, después de que su ejército mataran a Abu Mohsin al-Masri, segundo líder del grupo yihadista en la región.

Según el acuerdo firmado en febrero en Doha entre EEUU y los talibanes, estos se comprometían a romper cualquier relación con grupos terroristas, en particular con Al Qaeda, para evitar que Afganistán se convirtiera de nuevo en un santuario yihadista.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, felicitó a su ejército y añadió que “los talibanes deben demostrar al pueblo, a Afganistán y a la comunidad internacional que están cortando lazos con el terrorismo”.

La agencia de inteligencia afgana (NDS) anunció ayer que al-Masri estaba viviendo “bajo la protección talibán”. Masri tenía estrechas relaciones con los talibanes y la red Haqqani y proporcionaba apoyo financiero y logístico a los combatientes de estos grupos, bajo cuya protección habían vivido tanto en Pakistán como en Afganistán. La muerte de al-Masri se produce en pleno inicio de las conversaciones de paz entre insurgentes y el Gobierno afgano, que quiere poner fin a casi dos décadas de guerra en Afganistán.