- Mohamad Naeem, portavoz de los talibán afganos en Doha, aseguró ayer que el movimiento integrista fundado por el mulá Mohamed Omar no aceptará un alto el fuego hasta que no se aborden las causas de la guerra en las conversaciones de paz en Qatar, según informó la cadena de televisión Tolo.

El portavoz aseguró que los milicianos talibán ya han reducido el nivel de violencia coincidiendo con la celebración de la ronda preliminar de las conversaciones de paz en la capital de Qatar. Además, denunció que el Gobierno afgano no ha detenido sus operaciones ofensivas contra los talibán. “No tiene sentido poner fin a 20 años de guerra en una hora. Desde nuestra perspectiva, sería lógico discutir los principales aspectos de los problemas y la guerra y después cerrar un alto el fuego para que el problema se resuelva de forma permanente”, afirmó el portavoz talibán. “Suponga que nosotros anunciamos un alto el fuego hoy, pero entonces no conseguimos un acuerdo en la mesa de negociación mañana. ¿Volvemos a la guerra otra vez? ¿Que significaría esto?”, planteó.

Naeem aseguró que los talibán quieren que se establezca un sistema islámico en Afganistán en el que se reflejen los valores del pueblo. “Uno de nuestros objetivos era poner fin a la invasión de Afganistán. El otro era que haya un verdadero sistema islámico que sea responsable ante el pueblo y el país”, afirmó. El portavoz talibán señaló que las conversaciones de paz tendrán altibajos pero se mostró convencido del buen resultado final del diálogo. “Hemos entrado en el proceso de paz con una fuerte voluntad y determinación. Queremos que este problema se resuelve finalmente. El proceso es complicado y tiene sus propias complejidades pero confiamos en que los problemas finalicen”, concluyó.

Por contra, el ministro de Defensa de Afganistán, Asadulá Jalid, afirmó ayer mismo que “la violencia ha aumentado” y agregó que “puede haber distintos motivos” para ello, tal y como recogió la cadena de televisión afgana1TV. En las últimas horas, varios ataques de milicianos talibán han acabado con la vida de al menos 32 agentes de las fuerzas de seguridad.