- La crisis política venezolana parece estar en un impasse con la oposición adormecida y el Gobierno solidificando sus bases. Mientras la pandemia lastra toda vida social, el presidente Nicolás Maduro ha redoblado su oferta de una salida electoral que Juan Guaidó y los suyos consideran tramposa.

La última gran propuesta la hizo Maduro esta semana, cuando Venezuela celebraba el 199 aniversario de la Batalla de Carabobo, una de las fechas claves en la miríada de celebraciones casi diarias en las que conmemoran a Simón Bolívar.

"En el año 2022, el 10 de enero, se abre el lapso para aquellos que quieran recoger las firmas para convocar un referéndum revocatorio contra el presidente Maduro. Tengan la libertad de salir a las calles y pedirle las firmas al pueblo", retó el propio Maduro a la oposición.

Y subrayó su desafío: "Si el pueblo recoge las firmas suficientes como exige la Constitución para un referéndum revocatorio, iremos a un referéndum revocatorio, a medirnos en las urnas".

El escenario elegido para lanzar su propuesta tampoco fue casual, el Panteón Nacional, icono de Caracas y emblema del nacimiento de Venezuela junto a la tumba de Bolívar.

Vestido de riguroso blanco, acompañado por militares con uniformes de gala y de la época de la Guerra de Independencia, Maduro aprovechó la solemnidad de la ocasión para hacer su también solemne llamado que, lejos de ser una apuesta atrevida, como podría parecer, forma parte del calendario político establecido, al margen de quien ostente el poder.

Eso sí, advirtió que "será el pueblo quien decida, no será un puñado de golpistas, no será el Gobierno de EEUU" y lanzó una advertencia directa, pues afirmó que en el país caribeño "quien pone y quien quita es el soberano pueblo con su voto", no el presidente estadounidense, Donald Trump, o el aspirante demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden.

La propuesta de Maduro no es, como interpretaron algunos, una puerta abierta a su salida. Fue apenas un recordatorio del artículo 72 de la Constitución que regula que todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables.

Para ello, es necesario que transcurra la mitad del mandato por el que fue electo y que, al menos, el veinte por ciento de los electores inscritos soliciten la convocatoria de un referéndum revocatorio.