- El presidente de Rusia, Vladímir Putin, reivindicó ayer la “verdad” sobre la victoria soviética contra el nazismo y propuso, en ausencia de los líderes de las potencias vencedoras y derrotadas en la Segunda Guerra Mundial, un sistema de seguridad mundial “fiable” para afrontar nuevas amenazas.

“Siempre recordaremos que fue la URSS la que derrotó a los nazis”, recalcó Putin en su discurso en la Plaza Roja con motivo de la parada militar del 75º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi, que iba a celebrarse inicialmente el 9 de mayo pero tuvo que ser aplazado debido a la pandemia del coronavirus.

Este año la gran parada tuvo lugar el mismo día en el que se celebró el primer desfile de los vencedores en 1945, el día del “triunfo sobre el mal, la paz sobre la guerra y la vida sobre la muerte”, subrayó el presidente ruso al rendir homenaje a los veteranos y a los millones de soldados caídos en la contienda.

Hace una semana el mandatario publicó un largo artículo en la revista estadounidense The National Interest en el que acusó a las potencias occidentales de ser las principales responsables del estallido de la Segunda Guerra Mundial, de falsear la historia y de no reconocer el papel de la URSS en la victoria sobre el nazismo.

Los soldados soviéticos, dijo ayer, “liberaron su propia tierra, liberaron a toda Europa y pusieron fin a la tragedia del Holocausto. Derrotaron a la letal ideología del nazismo (...)”.

Y pagaron “un precio incalculable” por ello, sostuvo Putin ante los veteranos que fueron invitados al desfile y a los que saludó personalmente antes del inicio de la parada.

“Nuestro deber es recordar que los soviéticos asumieron la mayor carga en la lucha contra el nazismo”, manifestó Putin al recordar que Hitler envió en 1941 a la URSS a más del 80% de sus fuerzas armadas y de sus satélites, y que los soldados soviéticos derrotaron a “más de 600 divisiones y destruyeron el 75% de todos los aviones, tanques y piezas de artillería del enemigo”.

“Esa es la principal, sincera y nada turbia verdad sobre la Guerra”, subrayó Putin ante la atenta mirada de los veteranos y de los 14.000 soldados rusos y de otras nacionalidades que desfilaron por la Plaza Roja, y ante nueve líderes -la mayoría de países de la antigua URSS- que aceptaron su invitación de asistir a la parada pese a la pandemia del coronavirus.

En la grada de invitados se encontraban los presidentes de Bielorrusia, Uzbekistán, Tayikistán Kazajistán y Moldavia, entre otros, pero brillaban por su ausencia los líderes de las potencias vencedoras, como Estados Unidos, Reino Unido y Francia y los mandatarios de las vencidas: Alemania y Japón.

No han sido pocas las críticas sobre lo prematuro de la celebración del desfile en medio de la pandemia.

Rusia insistió que era seguro celebrarlo, pese a pedir a los ciudadanos que lo vieran desde sus casas y tomar medidas para garantizar la seguridad de los soldados -solo participaron militares con anticuerpos o que han pasado cuarentena-, de veteranos, que igualmente se autoaislaron antes de la parada, y de los invitados.

El presidente ruso quiso enviar un mensaje a los líderes ausentes, que pudieron rechazar la invitación gracias a la pandemia. “Sabemos cuán importante es reforzar la amistad y la confianza entre las personas. Estamos abiertos al diálogo y a la cooperación en los asuntos más urgentes de la agenda internacional”, indicó.

Entre ellos se encuentra la creación de un “sistema de seguridad común fiable”, algo que “un mundo complejo y rápidamente cambiante necesita” actualmente, argumentó Putin.

200 vehículos de combate. Equipos bélicos, 75 aviones y helicópteros participaron en el desfile para realzar el patriotismo y demostrar poderío militar.

“Es imposible imaginarse qué habría pasado con el mundo si el Ejército Rojo no lo hubiera defendido”

Presidente de Rusia