- Dominic Cummings, el asesor principal del primer ministro británico, Boris Johnson, ha defendido su viaje personal de 800 kilómetros pese a estar obligado a guardar catorce días de cuarentena y ha subrayado que no lamenta lo que hizo. El caso ha provocado una tormenta política en Reino Unido, con al menos doce diputados del Partido Conservador de Johnson que se han manifestado a favor de la dimisión de Cummings.

“No lamento lo que hice (...). Entiendo que haya gente que está muy enfadada, que puede no estar de acuerdo”, afirmó Cummings en rueda de prensa. “Las normas inevitablemente no cubren todas las circunstancias y está claro que yo estaba en una situación excepcional”, argumentó Cummings. El político descarta dimitir por lo sucedido. “No he ofrecido mi dimisión. No lo he considerado”, declaró ayer.

El asesor de Johnson llevó a su hijo de 4 años a la casa de unos familiares en Durham, a 400 kilómetros de Londres, cuando su mujer estaba diagnosticada con coronavirus y él tenía síntomas, por lo que según la normativa tenía que cumplir confinamiento.

Cummings recordó que hay excepciones contempladas para situaciones con niños pequeños, por lo que su actuación se ajusta “razonablemente a la legalidad”.

El único punto en el que reconoce que podría haber actuado de forma diferente es en el de no haber tratado la cuestión con Johnson. “No consulté con el primer ministro esta decisión”, dijo.

El domingo, el primer ministro Johnson compareció en rueda de prensa para respaldar a Cummings porque “no tenía alternativa”, ya que “tanto él como su esposa iban a quedar incapacitados por el coronavirus”.

La oposición laborista ha pedido una investigación urgente de lo ocurrido, mientras hasta doce diputados conservadores han cuestionado públicamente la actuación de Cummings.

“Dominic Cummings debe marcharse antes de que haga más daño a Reino Unido, al Gobierno, al primer ministro, a nuestras instituciones o al Partido Conservador”, afirmó el diputado tory Steve Baker en una columna.