Tokio/Pekín - Las autoridades japonesas anunciaron ayer la detección de 70 nuevos contagios del COVID-19 en el crucero que está en cuarentena en el puerto de Yokohama, mientras Estados Unidos y otros países preparan la evacuación de sus ciudadanos que se encuentran a bordo.

Los nuevos casos elevan a 355 el total de infecciones hasta ahora confirmadas a bordo del crucero Diamond Princess, según los últimos datos ofrecidos por el ministro de Sanidad de Japón, Katsunobu Kato, en declaraciones a la cadena estatal NHK. Hasta el momento se han realizado test del nuevo coronavirus a 1.219 personas de entre las aproximadamente 3.700 que había a bordo cuando las autoridades niponas decretaron la cuarentena el pasado 3 de febrero.

Desde entonces, las autoridades han permitido salir del barco y hospitalizar a los pasajeros que han contraído el COVID-19, además de autorizar el desembarco de algunos de edad avanzada o con otras complicaciones de salud y que hayan dado negativo en los análisis médicos.

Aunque estaba previsto que el período de cuarentena para todas las personas a bordo del Diamond Princess se extendiera hasta el próximo miércoles, la Embajada de Estados Unidos en Japón anunció este sábado que procederá antes del fin de ese plazo a la repatriación de unos 400 estadounidenses y sus familiares que están en el barco.

Estados Unidos evacuará a sus ciudadanos del crucero -siempre que no hayan dado positivo en los test del virus- y los transportará en dos vuelos chárter que partirán hoy lunes desde el aeropuerto tokiota de Haneda con destino a bases militares en su territorio, donde deberán someterse a una nueva cuarentena, explicó su legación diplomática en Tokio. El Gobierno de Canadá anunció que tomará medidas similares en las próximas horas, mientras que otros países como Corea del Sur, Hong Kong e Israel también han trasladado a las autoridades niponas su intención de evacuar a sus ciudadanos.

En el momento de decretarse la cuarentena había a bordo del Diamond Princess unos 1.200 pasajeros japoneses y en torno 2.500 de otras 56 nacionalidades, de acuerdo con datos del Ministerio de Sanidad.

Las muertes por el COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus de Wuhan, siguen en aumento y ya suman 1.665 personas en China tras añadirse este domingo 142 fallecidos al recuento oficial.

Baja el número de contagios En contraste, los nuevos casos confirmados en el país asiático emprenden una tendencia a la baja: si bien la Comisión Nacional de Salud china anunció el viernes 5.090 nuevos casos y el sábado 2.641, en el último recuento de ayer esta cifra baja a 2.009 personas. Los casos confirmados hasta la fecha suman 68.500 personas. No obstante, en las últimas 24 horas se registraron 1.918 nuevos casos calificados como “sospechosos”, y en total son 8.228 casos con esta consideración, según el organismo sanitario.

Otra buena noticia es que 9.419 pacientes han sido dados de alta desde que comenzó la epidemia, cifra que sigue en aumento diario, mientras que se ha realizado seguimiento médico a más de 529.418 personas que han estado en contacto cercano con los infectados, de los cuales 158.764 siguen bajo observación. Pese a todo, la situación sigue siendo grave en la provincia de Hubei, el epicentro del brote, donde los fallecidos llegan a las 1.596 personas. Allí se detectaron en las últimas 24 horas 1.843 nuevos casos -cifra también menor a la del día anterior, cuando sumaron 2.420-, lo que eleva a 56.249 el número de casos detectados hasta ahora en la provincia.

El ministro de Finanzas, Liu Kun, indicó ayer que “es de esperar que los ingresos fiscales del país disminuyan” y que “los gastos aumenten”, según recoge la agencia estatal Xinhua, aunque cada vez más analistas independientes pronostican que el virus va a provocar una “brusca desaceleración” en el crecimiento del país. - Efe