Washington - Las continuas peticiones de las instituciones iraquíes para que las tropas de Estados Unidos abandonen el país están cayendo en saco roto ya que el presidente estadounidense, Donald Trump, señaló que no se irían y que de hacerlo se quedarían con los “35.000 millones de dólares” que retienen de una cuenta iraquí. El presidente de Estados Unidos considera que Bagdad debe pagar por su presencia en el país pero no debe participar de los beneficios obtenidos por Washington desde que se produjo la invasión por unas supuestas armas de destrucción masiva. Al final se pudo demostrar que todo ello no era más que una patraña para justificar la entrada y toma de control estadounidense del país petrolero. Con sus declaraciones, Trump dejaría claro que el objetivo de su presencia en Irak es económico.

El presidente estadounidense advertía ayer también al líder supremo de Irán, Alí Jameneí, de que “sea muy cuidadoso” con las “palabras” tras las críticas vertidas contra Estados Unidos en un poco habitual discurso público en Teherán. “El llamado Líder Supremo de Irán, quien no ha sido tan Supremo últimamente, ha dicho algunas cosas desagradables de EEUU y Europa”, dijo Trump en su cuenta de Twitter. “Su economía está en crisis, y su gente está sufriendo. Debería ser muy cuidadoso con sus palabras”, subrayó.

Trump, quien se encuentra en Florida para participar en un evento de recaudación de fondos y pasar el fin de semana, respondía así las declaraciones de Jameneí, quien llamó este viernes a “la unidad y cooperación” de los países islámicos frente a Estados Unidos y al pueblo iraní a no rendirse ni confiar en Europa.

El líder supremo iraní pronunció ante decenas de miles de personas el importante sermón del rezo del viernes en Teherán, por primera vez en ocho años y coincidiendo con un momento de escalada de la tensión con EEUU y Europa.

“El camino para salvarse es no tener miedo del enemigo”, aseveró Jameneí, quien denunció que EEUU ha tratado de “crear discordias” y “controlar los países de la región y sus riquezas”. “El mayor castigo (para EEUU) será su salida de la región”, apostilló Jameneí aludiendo a las tropas estadounidenses y al objetivo declarado por Irán tras el asesinato por EE.UU. del poderoso general Qasem Soleimaní el pasado 3 de enero.

El asesinato de Soleimaní en un bombardeo estadounidense en Bagdad provocó una grave crisis entre Teherán y Washington y llevó a la Guardia Revolucionaria iraní a atacar con misiles días después una base militar en Irak con presencia de tropas norteamericanas.

Ese ataque, al que Washington decidió responder con sanciones pero no con acciones militares, fue “un golpe duro contra EEUU” que rompió “su prestigio y su arrogancia”, según Jameneí. “Sus negociaciones tienen muchas trampas y reflejan su mala voluntad (...) no podemos confiar en ellos”, dijo el líder en alusión a Francia, el Reino Unido y Alemania, que han recurrido al mecanismo de arreglo de diferencias del acuerdo nuclear con Irán.

Jameneí hizo hincapié en que “el único camino del pueblo es la fuerza” porque a cualquier negociación se debe llegar desde una posición fuerte y no débil.

El pacto nuclear está en entredicho desde que EEUU lo abandonara en mayo de 2018 y volviera a imponer a Irán sanciones, que el resto de firmantes (Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania) no han logrado contrarrestar.

En respuesta, Teherán ha reducido gradualmente sus compromisos hasta que el pasado 5 de enero anunció que dejaba de cumplir en la práctica con las limitaciones impuestas a su programa atómico, incluidos los niveles de enriquecimiento de uranio. - Efe