Zagreb - Croacia celebra hoy la primera vuelta de las elecciones presidenciales, con dos candidatos conservadores disputándose el espacio del derechismo "patriótico" frente a la llamada a la tolerancia del aspirante socialdemócrata. Al cierre de la campaña, tres candidatos seguían muy igualados en las encuestas. Kolinda Grabar-Kitarovic, la actual presidenta, de la formación conservadora gobernante Unión Democrática Croata (HDZ), podría obtener entre el 25,3 y el 28,3%, según los sondeos, mientras que Zoran Milanovic, ex primer ministro del socialdemócrata SDP, tendría alrededor del 26%, según los sondeos. Estos dos partidos han dominado la política croata desde que el país se independizó de Yugoslavia en 1991.

Frente a ellos se presenta el independiente Miroslav Skoro, un popular cantante, antiguo militante de la HDZ, apoyado por la ultraderecha nacionalista que antes respaldaba a Grabar-Kitarovic, y al que los sondeos dan hasta el 23,7%.

Si ninguno, como se espera, logra hoy la mayoría absoluta, los dos aspirantes con más votos lucharán por la presidencia en una segunda vuelta el 5 de enero. Los sondeos prevén que si Milanovic y Grabar-Kitarovic llegan a la segunda vuelta, la política conservadora será la ganadora. "Es casi seguro que Milanovic no puede ganar en la segunda vuelta, porque la izquierda en conjunto es más débil que la derecha" comentaba el analista Zarko Puhovski al portal informativo Index.

Grabar-Kitarovic y Skoro han competido para convencer a los 3,8 millones de electores sobre quién es más ultra. Grabar-Kitarovic rindió homenaje en Facebook al general bosniocroata Slobodan Praljak, que se suicidó en La Haya al ser condenado hace dos años por crímenes de guerra en la década de 1990, y Skoro anunció que indultaría al excomandante y criminal de guerra Tomislav Mercep. La candidata ultraderechista prometió que incluso podría bloquear el camino de Serbia a la UE. "Serbia tiene que saber que no recibirá mi luz verde para la UE hasta que nos den datos sobre nuestros desaparecidos" durante la guerra en la que Croacia se separó de Yugoslavia. También prometió la continuación de su actitud xenófoba respecto a la minoría serbia. "Hasta que se acepte y reconozca la verdad, no pueden usarse letreros en cirílico en Vukovar", insistió sobre el uso oficial de ese alfabeto en la ciudad que estuvo ocupada por rebeldes serbios hasta 1996, cuando la ONU la reintegró en Croacia con el compromiso del respeto de los derechos de esa minoría. Croatas y serbocroatas se acusan de crímenes durante la guerra.

Milanovic, por su parte, advierte de que quienes "juran ser patriotas" sólo quieren robar "de los bolsillos" de los electores. El candidato socialdemócrata defiende una Croacia "normal", sin intolerancia, odio ni corrupción. Su intento como primer ministro (2011-2015) de permitir letreros oficiales en latino y cirílico en Vukovar fue contestado con una ola de protestas ultraderechistas.