Paris - El Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, y los sindicatos reafirmaron ayer jueves su pulso por el aumento de la edad de jubilación a 64 años en la reforma de las pensiones durante el décimo quinto día de huelga en el transporte en que unos y otros tienen cita para negociar. El líder de la primera central del país, Laurent Berger, insistió, en una entrevista en la emisora Europe 1, en su exigencia de que se retire la llamada "edad de equilibrio" que supondrá aumentar la edad de jubilación con carácter general a los 64 años. Berger, cabeza visible de los sindicatos reformistas que defienden el elemento troncal de la reforma, que es la unificación de los 42 regímenes de pensiones existentes en un sistema por puntos, advirtió de que si el Ejecutivo mantiene la "edad de equilibrio" la movilización continuará en enero. El secretario general de la Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT), que este miércoles fue recibido por separado por el primer ministro, Édouard Philippe, como el resto de los responsables de los sindicatos y de las organizaciones patronales, dijo que había sentido "tal vez la voluntad de discutir", pero con gestos "muy tímidos".

El nuevo secretario de Estado de Pensiones, Laurent Pietraszewski, puso en evidencia en otra entrevista en la emisora RTL el bloqueo de momento sobre la elevación de la edad de jubilación, al hacer hincapié en que hay que conseguir el equilibrio financiero para el paso a un sistema universal por puntos. Para ese equilibrio "hace falta una noción de edad" de jubilación, repitió Pietraszewski, que lanzó el desafío a los sindicatos de que presenten "otro camino". Berger aseguró que la cuestión financiera también es "importante" para ellos, pero por ahora el Ejecutivo no les ha indicado cuánto van a costar medidas incluidas en la reforma, como la subida a 1.000 euros de las pensiones mínimas. - Efe