Londres - La portavoz de Exteriores del Partido Laborista, Emily Thornberry, se postuló ayer miércoles para suceder a Jeremy Corbyn como líder de la formación en los comicios internos que se celebrarán a principios de 2020. Thornberry, del sector del partido que apoyaba un segundo referéndum sobre la permanencia en la Unión Europea, confirmó sus intenciones en un artículo en The Guardian, donde arguyó que cuenta con "la experiencia política y la visión estratégica" para enfrentarse al primer ministro conservador, Boris Johnson. Esta diputada es la primera en anunciar que concurrirá al liderazgo laborista, si bien también admiten que lo sopesan el portavoz para el brexit, Keir Starmer; la de Empresas, Rebecca Long-Bailey, y los diputados Lisa Nandy, Clive Lewis, David Lammy, Jess Philips e Ivette Cooper. Las elecciones para suceder a Corbyn, que se iniciarán en principio el 7 de enero, se producen en un momento de introspección del partido tras el varapalo sufrido en los comicios generales del pasado jueves, que Johnson ganó por mayoría absoluta.

Los corbynistas achacan la derrota al dominio del brexit en los comicios y a una constante campaña hostil por parte de una prensa, mayoritariamente conservadora, mientras que otros diputados critican el liderazgo débil del dirigente izquierdista y su indefinición sobre la salida de la Unión Europea. Aunque, con la victoria conservadora, el brexit el 31 de enero se da por hecho, internamente el laborismo sigue dividido entre los que en su momento defendieron cumplir con el referendo de 2016, que respaldó la salida del bloque, y los proeuropeístas que deseaban convocar una segunda consulta.

El sucesor de Corbyn, cuyas ideas izquierdistas cuentan con gran apoyo entre las bases, aunque son cuestionadas por muchos diputados, deberá unificar las diferentes corrientes que azotan la formación. Según las normas del partido, los diputados que aspiren a ser candidatos deben obtener el apoyo de un 10% de sus colegas en la Cámara de los Comunes y el Parlamento europeo y ser nominados por sindicatos afiliados al laborismo o por un 5% de las oficinas regionales.

Pueden votar en las primarias los miembros del partido y los "simpatizantes" registrados, lo que da peso a los militantes.

Por su parte, el ex primer ministro británico Tony Blair, cuyas políticas eran difíciles de diferenciar con las de los conservadores, calificó ayer de "imperdonable" el desempeño del Laborismo en los comicios del Reino Unido, y advirtió de serias consecuencias para el partido si trata de "encubrir" el revés sufrido el pasado jueves.

Blair alertó de que la formación de la oposición, que perdió 59 escaños y se quedó con 203 diputados, afronta una situación aún más difícil si no cambia el rumbo de sus propuestas políticas. "El resultado nos ha traído vergüenza. Decepcionamos a nuestro país", afirmó el exmandatario, que consideró "imperdonable" el desempeño laborista en un momento crítico para el Reino Unido. - Efe