El Papa ha eliminado el secreto pontificio ante "las denuncias, los procesos y las sentencias" concernientes a los delitos de abusos sexuales a menores y adultos vulnerables, según se recoge en una ordenanza que limita la confidencialidad de las causas relacionadas con la pederastia.

El Pontífice ha tomado esta medida en el motu proprio 'Vos estis lux mundi', aprobado en mayo y publicado este martes. La instancia, que ha firmado como es habitual el secretario de Estado, Pietro Parolin, ya está vigente y se extiende a todas las investigaciones realizadas por el Vaticano y por las diócesis que tengan como objeto todo hecho relacionado con el encubrimiento o la posesión de pornografía infantil.

NO PUEDE IMPONERSE EL SILENCIO AL DENUNCIANTE

Con la nueva disposición, la información deberá ser requerida a través de un rogatorio internacional, mientras que, en los documentos vinculados a curias diocesanas, las autoridades judiciales tendrán que dirigirse directamente al obispo correspondiente. "No puede imponerse ningún vínculo de silencio con respecto a los hechos encausados ni al denunciante ni a la persona que afirma haber sido perjudicada ni a los testigos", se describe en el documento impulsado por el Papa.

A este respecto, la instrucción recuerda que "el secreto de oficio no obsta para el cumplimiento de las obligaciones establecidas en cada lugar por la legislación estatal". En este sentido, el texto subraya que se incluyen "las eventuales obligaciones de denuncia, así como dar curso a las resoluciones ejecutivas de las autoridades judiciales civiles".

El documento, con vigencia "firme y estable", se divide en cinco puntos en los que se aclara que el manejo de los datos correspondientes a estas cuestiones ha de realizarse "de manera que se garantice su seguridad, integridad y confidencialidad".

El Arzobispo de Malta, Charles Scicluna, secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha valorado la norma como un "paso histórico". En una entrevista a Radio Vaticano, ha señalado que la decisión del Papa de abolir el secreto pontificio en casos de violencia y abuso de menores es una "pieza muy importante" que permitirá ofrecer la debida información a la víctima y a las comunidades y que ya había sido discutida en la conferencia sobre abusos del pasado mes de febrero.

LA VÍCTIMA PODRÁ CONOCER LA SENTENCIA

Así, ha recordado que hasta ahora "la víctima no tenía la oportunidad de conocer la sentencia que siguió a su denuncia" y que había otras comunicaciones que eran "obstaculizadas" porque el secreto pontificio es un secreto del más alto nivel en el sistema de confidencialidad del Derecho Canónico. "Ahora también se facilita la posibilidad de salvaguardar a la comunidad y de decir el resultado de una sentencia", ha explicado.

Asimismo ha evidenciado que la abolición del secreto pontificio no significa que los documentos se harán públicos, pero que se facilitará "la posibilidad de una colaboración más concreta con el Estado, en el sentido de que la diócesis que tenga documentación ya no está atada al secreto pontificio y puede decidir -como debe- colaborar bien, entregando una copia de la documentación también a las autoridades civiles". "El mismo rescripto, esta nueva ley, también habla de la necesidad de salvaguardar la vida privada de la persona, la buena reputación de las personas involucradas, así como su dignidad", ha incidido. En este sentido, ha considerado que siempre se requiere "una cierta reserva en el ámbito penal y esta sigue estando garantizada".

NO HAY MENOSCABO DEL SECRETO DE CONFESIÓN

Por su parte, el secretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Juan Ignacio Arrieta, ha explicado en un artículo difundido en los medios de comunicación del Vaticano, que la eliminación del secreto pontificio en los casos de delitos de abusos sexuales no supone un menoscabo al secreto de confesión.

"La instrucción no tiene ningún tipo de colisión con el deber absoluto de observar el sello sacramental, que es una obligación impuesta al sacerdote en razón de la posición que ocupa en la administración del sacramento de la confesión, y de la cual ni siquiera el penitente podría liberarse --ha especificado--. Ni siquiera la instrucción tiene el deber de estricta reserva adquirida posiblemente fuera de la confesión, dentro de todo el fuero 'extra sacramental'", ha señalado.

Además, considera que el hecho de que estas acciones criminales ya no estén cubiertas por el secreto pontificio no significa que las personas implicadas en las investigaciones vayan ser comunicadas a terceros porque, a su juicio, además de ser "inmoral, dañaría el derecho de las personas a la buena fama".

"Esto significa que las personas informadas de la situación o involucradas de alguna manera en la investigación o instrucción del caso deben garantizar la seguridad, integridad y confidencialidad y no compartir información de ningún tipo con terceros, sin relación con la causa. Entre los sujetos involucrados en el proceso, una vez iniciado formalmente, obviamente está el acusado, por lo que la nueva disposición también favorece el derecho adecuado a la defensa", ha añadido.